Atruena Jerez, acelera Pedrosa

Dani Pedrosa se apuntó ayer, en Jerez, su primera pole position de la temporada, la quinta desde que el año pasado debutara en MotoGP. Lo hizo precisamente aquí, en el trazado andaluz, donde el español, de 21 años, irrumpió a lo grande en la categoría pesada en 2006 al terminar el segundo y a pesar de rodar en un circuito que no cuenta entre sus favoritos por mucho que le animen desde las praderas.

"La verdad, ni lo había pensado", responde Dani a la cuestión de si habría preferido tener a alguien entre el italiano y él

En el curso precedente tomó la salida el quinto, desde la segunda línea de la parrilla, y, tras un vistoso remonte, se protegió detrás del vencedor, el italiano Capirossi. Cuando se vuelvan a apagar los semáforos hoy y retuerza al máximo el mando del acelerador de su Honda RC212V, Pedrosa arrancará sin tráfico delante, pero con el también italiano Rossi a sólo un metro de él. En su segundo año compitiendo juntos en la cilindrada máxima del motociclismo, los codiciados duelos entre Il Dot-tore, el mejor piloto de todos los tiempos, y el catalán, a quien se ve como su heredero, han brillado por su ausencia. Hoy, en Jerez, saldrán pegados el uno al otro, el mejor vaticinio para asistir a su primera gran trifulca.

Rossi, siete veces campeón del mundo, rodó ayer con el mejor tiempo hasta que, a falta de un minuto para que la sesión se cerrara, el tricampeón español se lo arrebatase por un suspiro (51 milésimas de segundo). La primera línea la cerrará Carlos Checa, quien, en el ocaso de su carrera y subido a una Honda, se ha reencontrado con su mejor versión. Entre los tres corredores más rápidos de la sesión que ayer dibujó las plazas de la parrilla apenas se cuentan 60 milésimas, lo que ofrece una perspectiva de lo igualado de la práctica. De hecho, la diferencia entre los diez mejor colocados es de 325 milésimas, la más ajustada de la historia de los Campeonatos del Mundo. De seguir esta tónica, se prevé una temporada aún más reñida que la pasada, que se decidió en la última carrera a favor del estadounidense Hayden tras darse un costalazo Rossi nada más empezar.

Desde entonces, el transalpino, que el pasado febrero cumplió 28 años, circula encendido cada vez que se aúpa a su Yamaha. Ocurre que el generoso margen que históricamente había entre él y los demás se redujo considerablemente el año pasado con la irrupción de jóvenes pilotos como Pedrosa y el australiano Stoner. Este año, con la puesta en escena de las nuevas MotoGP de 800cc, se le ve menos sobrado. Más aún si Michelin, suministrador de neumáticos del equipo Yamaha, le hace jugarretas como la que, según él, le ha gastado en este gran premio. "Para poder rodar rápido con esta moto necesitamos colocar neumáticos más duros que los que Michelin ha desplazado aquí", se quejó el piloto de Tavullia que, hoy, en el warm-up (20 minutos de calentamiento previos a la carrera) deberá calzar su Yamaha 46 con un compuesto más blando que el que utilizará tres horas más tarde, durante la carrera. "El warm-up de mañana (hoy) no me servirá absolutamente para nada porque no me quedan neumáticos duros para montar", abundó el heptacampeón. Y matizó: "Éste es el principal problema que tenemos en Yamaha. Las Honda, para conseguir buenos tiempos, deben calzar neumáticos blandos", argumentó. Rossi, el más rápido en los entrenamientos que se llevaron a cabo en esta pista en febrero, se refirió a la nueva norma que regula el número de gomas como la principal culpable del incremento de tiempos por vuelta: "Sabíamos que era difícil mejorar el tiempo que logramos hace un mes porque ahora sólo podemos usar dos neumáticos de calificación mientras que en los entrenamientos tuvimos cuatro oportunidades".

Pedrosa no fue tan explícito. "La pista no está tan mal, pero las condiciones puede que estuvieran un poquito mejor durante los últimos entrenamientos", resumió el menudo piloto de Castellar del Vallès (Barcelona). Se le preguntó si habría preferido que algún otro arrancara entre él y Vale. Ni se inmutó: "La verdad, ni lo había pensado".