¿Quién asesinó al entrenador?
Muere estrangulado en un hotel de Jamaica el preparador de la selección paquistaní de críquet tras una humillante derrota
Era el carnaval del críquet internacional, por la ubicación del torneo en las islas caribeñas, pero una nube macabra cubre la más importante concentración deportiva del mundo anglosajón y los países de la Commonwealth. Bob Woolmer, entrenador de Pakistán, falleció en extrañas circunstancias el domingo pasado, horas después de la insólita derrota de su equipo por la muy inferior selección irlandesa. El jueves por la noche, la policía jamaicana confirmó que el entrenador, y ex jugador internacional inglés, murió de "asfixia como resultado de una estrangulación manual". Los detectives sospechan que Woolmer conocía al autor o autores del crimen.
Woolmer, de 58 años, fue hallado sin vida en el baño de su habitación en el hotel Pegasus de Kingston (Jamaica). Su muerte se relacionó en un principio con complicaciones de su diabetes o incluso con un suicidio provocado por la humillante salida de Pakistán, cuarto país en el ranking internacional, de la Copa Mundial de Críquet. Pero la segunda autopsia practicada en su cuerpo ha resuelto el enigma: estrangulamiento, aunque no aclara el móvil o autoría del crimen. De acuerdo con la policía, no se forzó la puerta de la habitación, no se rebuscó entre las pertenencias de su inquilino ni tampoco se aprecian señales de forcejeo. Woolmer era un tipo fornido y, según el detective Mark Shields, "habrá sido necesario emplear bastante fuerza para dominarle". Todos los miembros del equipo han sido interrogados y se les han tomado huellas digitales. La policía también quiere recoger muestras de ADN.
El torneo sigue su curso en paralelo con la investigación. La sombra de la corrupción vuelve a aflorar sobre la selección paquistaní, y el deporte en general, pese a los esfuerzos del Consejo Internacional de Críquet por limpiar el juego. Nadie incrimina al entrenador salvo como presunta víctima de las mafias de las apuestas. Woolmer pensaba retirarse después del Mundial y, de acuerdo con sus allegados, quería revisar sus memorias y escribir un libro sobre críquet basado en sus tres años al frente del equipo de Pakistán.
Para el ex jugador del país musulmán Sarfraz Nawaz, el móvil del asesinato es obvio. Según ha comentado a la prensa, Woolmer "ha sido eliminado" porque se disponía a destapar un escándalo de trampas y resultados previamente pactados en encuentros de críquet. A los aficionados al deporte que se han desplazado al Caribe para presenciar el Mundial de críquet, en el que debutaba Irlanda, les cuesta creer que Woolmer haya sido estrangulado por una derrota humillante.
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