"Está claro que hay vidas humanas más devaluadas que otras"

El actor valenciano Pep Ricart se mete en la piel del general canadiense Romeo Dallaire en La caricia de Dios. Ruanda 1994, monólogo de Francesca Zanni y Paolo de Vita inspirado en el libro Instrucciones para un genocidio, de Daniele Scaglione. Lola López y el propio De Vita dirigen una muestra de "teatro comprometido, del que antes se decía político", que Ricart presenta como "un relato lo más ajustado posible a la barbarie que ocurrió en Ruanda en el año 1994, en la cual murieron un millón de personas".

Pregunta. ¿Por qué el mundo reaccionó con indiferencia al genocidio de Ruanda?

Respuesta. Porque nunca fue reconocido como genocidio. Era un término prohibido. No lo podía pronunciar ninguno de los militares que estaban en la misión humanitaria en Ruanda, ni los dirigentes de los países que estaban colaborando en esa misión de la ONU. Esa palabra estaba prohibida. Por otra parte, quizá porque fue tan salvaje, como las imágenes eran tan bárbaras, había tal cantidad de miles de cadáveres en el Lago Victoria, eso hizo que nos insensibilizásemos como defensa ante este horror.

P. ¿Se está devaluando la vida humana?

R. No lo sé. Espero que no, pero, desde luego, lo que está claro es que hay vidas humanas más devaluadas que otras.

P. ¿Estos personajes dejan huella en quien los interpreta?

R. Sí. Al menos cuando uno ve de nuevo historias semejantes que están ocurriendo casi a diario, que están apareciendo en los periódicos, los telediarios, las mira, las piensa y creo que reflexiona sobre ellas de manera diferente.

P. En un monólogo como este uno no se puede relajar.

R. No, no hay momento para el relax. Ya he dicho que no voy a volver a hacer monólogos, y no porque hayan sido malas experiencias a nivel actoral, sino porque se hace muy duro. Son una cosa más fácil de vender y de distribuir para los productores, pero porque resultan un producto más económico. Sólo hay un actor o una actriz y el precio de la representación puede ser más económico.

P. Interpreta a un mecánico en una serie de la televisión valenciana. ¿Es la televisión una buena escuela actoral?

R. No. Para alguien que no haya hecho nada sí lo es, pero para alguien que se haya formado en el teatro, como es mi caso, o incluso en el cine, la televisión es a ese nivel la que menos recursos te ofrece.