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Crónica:Fútbol | 27ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Paradoja del Deportivo

Los de Caparrós ganan al Getafe pese a jugar una hora con diez por la expulsión de Arizmendi

El gran Helenio Herrera va a llevar razón. El Deportivo jugó mejor con diez que con once. Fue un partido de grandes paradojas. El Deportivo se impuso al Getafe cuando Caparrós decidió alistar a tres centrales, cuatro laterales, dos centrocampistas defensivos y un delantero para compensar la expulsión de Arizmendi (m. 34).

El árbitro Daudén Ibáñez, sin pretenderlo, le hizo una faena a Schuster. Hasta ese instante el Getafe había maltratado al centro del campo del Deportivo. Futbolistas como Casquero o Nacho, que disfrutan cuando la pelota está en sus pies, habían engarzado magníficas paredes, Güiza había malbaratado cuatro buenas llegadas y Riazor asistía contrariado al baile que le daban a su equipo. Hasta se comentaba lo mucho que se asemeja Nacho al talentoso Fran, un centrocampista que ha dejado un boquete enorme en el corazón de la afición. Con su retirada también se fue la banda izquierda.

DEPORTIVO 1 - GETAFE 0

Deportivo: Aouate; Coloccini, Lopo, Andrade, Capdevila; Arizmendi, Sergio (De Guzmán, m. 46), Juan Rodríguez, Cristian (Barragán, m. 58); Riki (Filipe, m. 72) y Adrián. No utilizados: Munúa; Manuel Pablo, Juanma y Verdú.

Getafe: Abondanzzieri; Contra, Pulido, Alexis, Paredes; Cotelo, Celestini, Casquero (Maris, m. 67), Nacho (Pachón, m. 75); Vivar Dorado (Albín, m. 58); y Güiza. No utilizados: Luis García; Belenguer, Sousa y Alberto.

Gol: 1-0. M. 79. Barragán supera a Abondanzzieri con un duro disparo desde unos 35 metros de distancia.

Árbitro: Daudén Ibáñez. Expulsó con roja directa a Arizmendi (m. 34). Amonestó a Capdevila, Cristian, Adrián, Juan Rodríguez, Aouate, Celestini y Contra.

Unos 12.000 espectadores en el estadio de Riazor.

Pero el lateral Paredes y Arizmendi se engancharon en el área en una de las contadas ocasiones que alguien de la delantera deportivista pasó por esa parcela durante el primer tiempo. Daudén no señaló nada en el lance entre los dos futbolistas, pero Arizmendi se quedó reprochando a Paredes un agarrón. Para explicarlo mejor, subió el hombro, que tocó la cara de Paredes. Éste buscó el césped y el árbitro la tarjeta roja. Riazor dejó la siesta.

Comenzó otro partido. Pintaba mal para el Deportivo, pero todo el Getafe se contagió de la pitada que perseguía a Paredes cuando le llegaba la pelota. El Deportivo, como su técnico, es un equipo que interpreta a la perfección las situaciones de bronca. Estaba con uno menos. Caparrós buscó en el banquillo remedio a la torrija inicial. Se encontró con De Guzmán, que sustituyó a un desafortunado Sergio; con tres laterales, un defensa central y un centrocampista. A medida que pasaban los minutos y se consumía el fuelle del Getafe, el técnico del Deportivo fue incorporando a los laterales. Barragán por Cristian y Felipe por un desnortado Riki. Pasó descaradamente de la pelota (69% de posesión para el Getafe) y afianzó las contras con Barragán y Filipe. De Guzmán se encargaba de laminar las paredes que habían trenzado Nacho, Casquero y Vivar Dorado.

El partido, como se había presentado, iba para un cero a cero. Los datos así lo indicaban. El Getafe es el equipo menos goleado de la temporada y el Deportivo el que menos goles ha recibido en lo que va de año. Además, Adrián, aislado en el ataque, ya había desaprovechado dos buenas ocasiones. En la primera envió fuera una magnífica dejada de Juan Rodríguez cuando sólo había que meterla entre los tres palos. En la segunda, llegó reventado al seguir una contra de vértigo de Filipe.

Pero apareció Barragán. El joven lateral, que había desaparecido del once inicial, enganchó una gran patada desde más de 30 metros que se tragó el Pato Abondanzzieri. Riazor no se lo creía. Con diez jugadores durante todo el segundo tiempo y un equipo lleno de defensas, el Deportivo espantaba el miedo del descenso y se enganchaba a la esperanza de luchar por un puesto en las competiciones europeas.

Quedaban diez minutos intensos. Porque Pachón, un delantero que suele marcar al Deportivo, envió alta una pelota que parecía imposible de malgastar.

Arizmendi y Paredes pelean por el balón.
Arizmendi y Paredes pelean por el balón.GABRIEL TIZÓN

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