El extremo que aún va al cole

Si quiere llegar a grande, cualquier jugador debe empezar contra los grandes. Ésta es una de las máximas que antes Javier Aguirre y ahora José Ángel Ziganda llevan a rajatabla al frente de Osasuna. El turno le ha llegado a Azpilicueta, un hábil extremo de 17 años que atiende con la misma naturalidad a los medios nacionales que a la revista del colegio en el que cursa segundo de Bachillerato.

El miércoles, ante el Rangers de Glasgow, Ziganda confió la banda derecha al canterano, que había comenzado la temporada como juvenil y como un hincha más. En mayo, después de que Osasuna derrotase al Valencia y se clasificase para la Champions, Azpilicueta saltó al césped del Reyno de Navarra junto a sus amigos para festejar un hito. Pocos podían imaginar que en esa misma banda desplegaría su juego meses después. Y menos que aportaría su velocidad y su regate vertical para ayudar a su equipo a lograr otro hito: ser cuartofinalista de la Copa de la UEFA.

"Tiene buen físico, mucha ilusión y le gusta mucho el fútbol", dijo Ziganda cuando decidió darle sus primeros minutos en el partido de la Copa del Rey contra el Getafe, con la eliminatoria sentenciada en contra. Contra el Rangers, la apuesta se definió: había jugadores suficientes en su lateral, la ventaja era exigua y no había que arriesgarse. Pero Azpilicueta hizo un partido notable, con buenas penetraciones y mucha hambre de balón. La afición se lo agradeció con aplausos cuando fue sustituido a falta de 20 minutos.

"Jugar la Copa de la UEFA con 17 años, en el equipo de tu tierra y pasando de ronda es lo más grande", dijo emocionado Azpilicueta. Él sabe ya de lo efímero del fútbol. Su hermano, ocho años mayor, fue una promesa que juega en Segunda B. Internacional en las categorías sub 17 y sub 19, a él le queda otro sueño: debutar en Primera División con Osasuna.