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Feijóo provoca una bronca en el Parlamento al acusar al BNG de pactar con Batasuna

Quintana replica que el PP se está convirtiendo "en el partido de la difamación"

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, crispó ayer el debate al acusar al BNG de "pactar con partido terroristas como Batasuna" y al PSdeG de connivencia con los GAL para defenderse de las críticas que recibió en el pleno del Parlamento en relación con los intereses urbanísticos de algunos de sus alcaldes. La bronca parlamentaria se prolongó a lo largo de la jornada. Primero, con ocasión de una comparecencia del vicepresidente Anxo Quintana y, después, en una pregunta al conselleiro Ricardo Varela, en la que el PP le acusó de comprar la voluntad de los independientes de Pantón.

Feijóo, que en las últimas dos semanas ha incluido en sus declaraciones públicas referencias constantes al debate político nacional, optó por esta línea argumental en el turno de preguntas al presidente de la Xunta. No se preocupen por nosotros", aseguró después de oír las críticas del BNG y de Touriño a los intereses urbanísticos de algunos de sus alcaldes. "Nosotros siempre estaremos con el Estado de Derecho, por eso nunca fuimos en coalición con partidos terroristas como Herri Batasuna y por eso nunca presentaremos libros con un ex secretario de Estado condenado por sentencia firme arropado por presidentes socialistas".

El presidente del PP sostuvo a continuación un agrio debate con Touriño en el que le acusó de deslealtad a su Gobierno, al Parlamento, a Ferrol y a toda Galicia por alinearse con el Gobierno central en contra de que los terrenos de Navantia en Fene puedan ser usados para la construcción naval civil.

A la respuesta que Feijóo recibió en ese momento por parte de Aymerich, en la que éste negó que el Bloque haya formado nunca coalición con Batasuna y recordó que el PP se manifiesta con "fascistas" y mantiene a alcaldes franquistas en sus filas, se sumó por la tarde Anxo Quintana, portavoz nacional del BNG y vicepresidente de la Xunta. El líder nacionalista aseguró que el PP se está convirtiendo en el partido de la "provocación, la difamación y la crispación". En el transcurso de un debate en torno a las galescolas, el vicepresidente exhibió fotografías de la manifestación convocada por el Partido Popular en Madrid el pasado sábado en contra de la política antiterrorista del Gobierno, en una de las cuales se podía ver una bandera con el escudo franquista, lo que motivó una protesta por parte del portavoz popular, José Manuel Barreiro.

"Con ustedes no se puede hablar ni razonar sobre nada, no atienden a razones. Sólo saben gritar y armar gresca", afirmó Quintana. "Deberían bajar del monte, porque son un partido secuestrado por un grupito de extrema derecha, un grupito de fachitas fanáticos y exaltados".

La tensión entre los grupos políticos se reprodujo más tarde cuando Barreiro acusó al conselleiro de Traballo, Ricardo Varela, de usar fondos públicos con fines partidistas para chantajear a los vecinos del municipio lucense de Pantón (el PP sostiene que el PSdeG ofreció 12 millones en inversiones a cambio de que los independientes de la localidad se integrasen en sus filas). Varela negó la acusación y retó a Barreiro a demostrar, si puede, que él ha prometido inversión pública alguna a cambio de algo. Si lo consigue, dijo, se compromete a dimitir inmediatamente. Pero si no lo hace, el que debe renunciar a su cargo es Barreiro. "Cree el ladrón que todos son de su condición", concluyó el conselleiro.

Mezcla de público y privado

El detonante del enfrentamiento en la Cámara gallega entre el PP y los grupos que apoyan al Gobierno llegó a primera hora de la mañana de la mano del ladrillo. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, en respuesta a una pregunta del nacionalista Carlos Aymerich, en su defensa de las medidas adoptadas para regular el urbanismo en Galicia, afirmó que lo que es insostenible es que cada día los periódicos den cuenta "de una sentencia o un varapalo a la política y a los políticos. Es necesario acabar radicalmente con los comportamientos que mezclan lo privado y lo público. Hay que erradicar de la vida pública de este país" el modelo urbanístico de Arteixo, Gondomar y Ourense.

Sus palabras fueron contestadas desde los bancos del PP con gritos que hacían referencia al municipio de Foz, gobernado por el PSdeG, que concedió "licencias ilegales" para la construcción de viviendas.

Previamente, Aymerich había repasado detalladamente la cada vez más larga lista de ayuntamientos en los que las prácticas urbanísticas protagonizadas por diputados del PP están en entredicho. Desde las protagonizadas por el ex alcalde de Sanxenxo y candidato popular por Pontevedra, según el cual "no hay ningún problema en compatibilizar la alcaldía y la construcción si todo se hace con honradez", a las de alcaldes que "ya no hablan tanto de honradez, sino que dicen que lo que hacen es legal aunque no sea ético". Aymerich citó los casos del regidor de Ourense, "socio de empresas que construyen en su municipio unas obritas de nada", y de Arteixo, cuyo alcalde "reconoce ser titular de empresas constructoras que operan en el municipio". O el de Gondomar, donde "dos concejales elegidos en la lista del PP fueron detenidos cobrando de un constructor", a pesar de lo cual los populares han confirmado que el alcalde volverá a ser candidato. Y el caso de Nigrán, donde "un constructor afín al PP quemó el coche de un concejal del BNG". A la vista de estos datos, subrayó el portavoz nacionalista, "están claras las razones del PP para oponerse al proyecto de ley de medidas urgentes de protección del litoral y para levantar cortinas de humo que oculten la relación existente entre el PP y la corrupción urbanística en Galicia".

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