El Gobierno sólo aceptará las listas de Batasuna "si rechaza la violencia"

El PP ya ha anunciado que tras su ofensiva contra la decisión del Gobierno de otorgar la prisión atenuada al etarra Iñaki de Juana, vendrá otra para tratar de impedir que la izquierda abertzale se presente a las elecciones municipales del 27 de mayo. El portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, confirmó ayer la intención de concurrir a estos comicios, si bien aún no han decidido la fórmula: nueva marca, agrupaciones electorales o participación a través de las listas del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en sus siglas en euskera). El Gobierno mantiene que sólo aceptará la participación de la izquierda abertzale con un "claro rechazo de la violencia", confirmaron ayer a EL PAÍS fuentes gubernamentales.

El Gobierno quiso ayer dar protagonismo al homenaje a las víctimas en el tercer aniversario del atentado terrorista más grave de la historia de España, el del 11-M, y evitó el debate sobre la gran manifestación celebrada por el PP el día anterior contra la política antiterrorista del Ejecutivo. No obstante, fuentes gubernamentales indicaron que consideran "muy grave" la "monopolización de la idea de España de la que hizo gala Rajoy" en su discurso en la plaza de Colón, así como de su acusación de que el Ejecutivo "está negociando con ETA el futuro de España".

Una prueba de la "falsedad" de esta última acusación, señalan fuentes gubernamentales, es el mantenimiento por el Ejecutivo de la Ley de Partidos y la exigencia a la izquierda abertzale de que la cumpla si quiere presentarse a las elecciones municipales y forales de mayo. Esta exigencia se traduce en una nueva marca, nuevos estatutos y un claro rechazo de la violencia. El PP centrará su próxima protesta en cerrar el paso electoral a la formación de Otegi, ilegalización del PCTV incluida.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero mantiene su posición de exigir a la izquierda abertzale el rechazo expreso a la violencia, mientras ETA exista, para concurrir a estos comicios. Aunque Zapatero saludó favorablemente las declaraciones del portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, el 25 de febrero a La Vanguardia, en las que aseguraba que la izquierda abertzale apuesta por "un proceso sin violencia de ninguna clase", esta declaración le parece insuficiente. El Gobierno exige a Otegi y los suyos un "rechazo inequívoco, rotundo, de la violencia" para participar en la política y "más aún después de que no rechazara expresamente el atentado de ETA del 30 de diciembre", en el que murieron dos trabajadores.

Otegi, además de admitir que ni el PSE ni el PNV quieren sentarse con Batasuna para debatir sus propuestas mientras ETA no cese, afirmó ayer, en declaraciones a Gara, que "la vocación y el derecho [de la izquierda abertzale] es estar en las elecciones" y que "ese derecho tiene que ser respetado". Añadió que "el proceso de solución necesita que la izquierda abertzale esté en las elecciones. Si no, ¿cómo se puede hacer un proceso?".

Batasuna no se ha decantado aún por una de las diversas fórmula de presentación electoral que baraja: una nueva marca, de la que se especula que podría ser Euskalherria Berria; las tradicionales agrupaciones electorales, o el aprovechamiento de la marca presente en el Parlamento vasco, el PCTV. También podría combinar estas fórmulas, según los casos.

Batasuna está debatiendo internamente la fórmula por la que se decantará, que, previsiblemente, contará con el aval de ETA. La resolución de ese debate, que Otegi vincula a su propuesta de "solución política" presentada en febrero, se conocerá en dos o tres semanas, según fuentes abertzales. Para el 31 de marzo ha convocado un acto en Barakaldo (Vizcaya).

El Gobierno se remite a la posición que Zapatero mantuvo en Vitoria el 18 de febrero: "Para concurrir a las elecciones hay que respetar todas las leyes. Para respetar la Ley de Partidos hay que aceptar que en política sólo valen los métodos democráticos y rechazar la violencia, la coacción y cualquier tipo de amenaza". Zapatero volvió sobre la cuestión el miércoles pasado, en el debate que mantuvo en el Senado con José Ramón Urrutia, de Eusko Alkartasuna: "ETA sólo tiene un destino, el final, y aquellos que dicen querer usar la palabra para defender sus ideas -sean éstas cuales sean- en torno a la configuración del País Vasco, tienen que demostrar lo que tiene que demostrar todo aquel que sólo cree en la palabra, que rechaza la violencia con toda la fuerza y toda la convicción".