Declara la 'madame' Deborah Palfrey
Amenaza con revelar el nombre de sus clientes en Washington
Washington
¿Quiénes son? La prensa quería nombres. Los nombres de más de 10.000 "clientes" que usaron sus servicios durante 13 años. El "todo" Washington. ¿Quiénes? ¿Cuáles son los nombres en la lista? Las preguntas se repiten desde que el pasado viernes Deborah Jeane Palfrey compareciese ante un juez del Distrito de Columbia acusada de dirigir un servicio de prostitución de lujo en Washington. Palfrey se declaró inocente. Alegó que su empresa, Pamela Martin y Asociados, se dedicaba a servicios de acompañamiento, antes de las nueve de la noche, que incluían fantasías eróticas al módico precio de 275 dólares (210 euros) los 90 minutos. Y nada más. "Antes de contratarlas, las mujeres se comprometían por escrito a no violar la ley", explicó Palfrey al salir del juzgado, con gafas y labios pintados. "Si alguna de ellas mantuvo relaciones sexuales por dinero, no es culpa mía", señaló la llamada "madame de Washington".
A sus 50 años, Palfrey quiso guardarse las espaldas. Hace 16 fue condenada en California por dirigir un burdel y pasó 18 meses en prisión. Ahora, con sus bienes embargados y sus cuentas congeladas, Palfrey amenaza con vender la lista para costear su defensa. "Queremos vender las 46 libras (unos 20 kilos) de detallados y ordenados registros telefónicos del periodo de 13 años para recolectar los fondos necesarios para la defensa", escribe la mujer en su página web. Según ha declarado a la cadena de televisión Fox su abogado Montgomery Blair Sibley, "es estadísticamente posible que haya numerosas personas de alto perfil del Gobierno y del sector privado que usaban sus servicios en el área metropolitana de Washington".
Las autoridades judiciales estiman que unas 130 mujeres realizaron servicios de prostitución bajo el mando de Pelfrey entre 1993 y 2006 -cuando decidió retirarse- y que sus ganancias ascienden a dos millones de dólares. "Todas las mujeres bajo mi firma fueron instruidas para saber la diferencia entre una conducta legal e ilegal", leyó Pelfrey. "Nunca se prometió a ningún cliente que la "subcontratista" fuera a realizar actos ilegales". Pero según la fiscalía, se realizaron. Y los nombres de quienes pagaron están por escrito. Y a la venta.
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