Pedro Beltrán, el último bohemio
Ayer, 9 de febrero, falleció en Madrid a los 80 años el escritor, actor, torero y rapsoda Pedro Beltrán. Había nacido en Cartagena (Murcia) en 1927, y recalado en el madrileño Café de Gijón en los años cincuenta, donde inició una obra literaria, tan brillante como caótica.
Se ha muerto en soledad, en una pensión de Madrid, el último gran bohemio, Perico Beltrán, guionista de algunas de las películas más notables del cine español, como El momento de la verdad, de Francesco Rosi, o de otras dirigidas por su íntimo amigo Fernando Fernán-Gómez: El pícaro; Bruja, más que bruja; Mambrú se fue a la guerra; y especialmente El extraño viaje, un clásico indiscutible, gracias al cual Perico Beltrán fue reconocido por todos... Aunque él se siguiera quejando de lo mal valorados que estaban los guionistas en España: "Es como ser torero en Inglaterra, algo raro, extraño, marginado...".
Tambien fue cómico de zarzuela, actor eventual en varios filmes de Berlanga, poeta, torero, caricato, bailarín... Decía no tener interés en dedicarse a ningún oficio definido, algo prohibido por "mi anárquica manera de ser". Se justificaba: "El único mérito es que no elegí el camino fácil de hacerme delincuente o político, sino el más duro, porque enfrentarse a un régimen sin tener que comer es jodido".
Escribía sonetos y coplillas contra Franco, su familia y sus ministros, lo que le llevó en más de una ocasión a la cárcel, donde dormía caliente ya que en aquellos años mozos su refugio natural era la calle. "Me he pasado media vida en los bares. El hogar de los solitarios son los bares. Muchas noches no tenía dónde dormir, y cuando los amigos se iban a sus casas yo creía que estaba encerrado en las calles, que ellos salían al entrar en casa y que yo no podía salir".
Derrochó ingenio y talento en una obra dispersa y desordenada ("Vivir pronto y mucho, y escribir tarde y poco", era uno de sus lemas) al tiempo que inteligente, mordaz y siempre oportuna. Acababa de terminar un nuevo guión para Eloy Arenas, actor que le animó hace cinco años a editar sus poemas en un libro-disco, Burro de noria, recitados por Fernán-Gómez, Eloy Azorín, Juan Echanove, Juan Diego, Aitana Sánchez-Gijón, Imanol Arias, Agustín González, entre muchos otros, "poemas hechos para ser declamados de madrugada, con la voz rota y vinosa", como escribió Moncho Alpuente.
No había manera de hacer carrera con Perico Beltrán, se resistía a cualquier disciplina, contrato o acuerdo, por eso escribió de él Fernán-Gómez que era "un bohemio equivocado, que vive la bohemia cuando la bohemia ya no existe", algo con lo que el aludido estaba de acuerdo: "Vivir en esta época como vivo yo es un suicidio, es como ir en diligencia por una autopista".
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