El Maccabi, muy duro de pelar
Sólo la falta de mordiente impide al conjunto israelí vencer a un Espanyol ofuscado
Con un ejercicio solemne, el Maccabi puso en entredicho el supuesto favoritismo del Espanyol, que arrancó con sudores un empate a cero en campo ajeno. Resultado correcto si se atiende a que resta la vuelta en Montjuïc. Apretó el conjunto israelí con un fútbol tan primario como incisivo, pero, en su empuje, sacó la lengua antes de tiempo y le faltó rematar la faena. Gesto que agradeció el Espanyol, exigido a marcar en el siguiente duelo.
Se le tenía al Maccabi Haifa como un rival menor, como un equipo de pocas luces y menos fútbol. No es, sin embargo, una comparsa. Con las ideas claras, sabedor de sus limitaciones, el equipo israelí utilizó sus escasos recursos para ejercer un juego simple pero pragmático y efectivo. La consigna era clara: defender en campo propio para salir escopetado al contragolpe.
MACCABI HAIFA 0 - ESPANYOL 0
Maccabi Haifa: Davidovitch; Harazi, Anderson, Keinan, Magrashvilli; Boccoli, Dirceu, Suan, Rafaelov (Gazal, m. 85); Katan (
Arbeitman,m. 70) y Colautti. No utilizados: Madon;
Meshumar, Masudi, Anderson, Olarra y Keise.
Espanyol: Iraizoz; Lacruz, Torrejón, Jarque, Chica; Moisés, De la Peña (Costa, m. 62); Rufete, Luis García (Corominas
m. 84), Moha (Riera, m. 74); y Pandiani. No utilizados: Kameni; Velasco, Ito, Riera y Tamudo.
Árbitro: Bebek (Croacia). Amonestó a Suan, Dirceu, Costa y Moisés.
Unos 24.500 espectadores en Bloomfield.
Desasosegado ante la presión contraria, el Espanyol se atragantó en la zona de tres cuartos, en el último pase. No sólo eso, sino que se olvidó de rasear el cuero, de bajar la pelota al piso y jugarla como habitúa. Sin otra idea, se empecinó en contrarrestar con la misma moneda: mediante contragolpes bien directos que buscaban a Pandiani, poste de avanzadilla encargado de jugar de espaldas a portería o de rematar los centros.
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