El paso definitivo a la madurez

Crisis es el título del tercer libro de poemas de Juan Carlos Abril (Los Villares, Jaén, 1974). Es el más breve, pero también el más hermético del poeta jiennense que, con anterioridad, publicó Un intruso nos somete y El laberinto azul. Ahora, Crisis, que acaba de aparecer en la editorial valenciana Pre-Textos, supone un punto de inflexión en la obra de Abril, que ha retomado una poética más narrativa.

"Es un cambio desde lo vital, porque con este libro se trasluce el paso definitivo de la segunda adolescencia a la madurez; y desde lo estético, porque supone un punto de inflexión en mi propia obra, como si hubiera dejado de lado otras preocupaciones para centrarme en un proyecto más ambicioso, por sintético, más depurado y culto", comenta el autor jiennense.

Juan Carlos Abril forma parte de una generación iniciada en la poesía de la experiencia, aunque, en su caso, desde la línea menos clara. "La poesía de los ochenta y los noventa fue muy clara, de barra de bar, de vida cotidiana, y se dejó muy de lado los problemas más internos de las personas y los mundos imaginarios", asegura Abril.

"La poesía española actual, la que está haciendo la gente joven y que rozamos el final de la juventud, ha tenido que lanzarse a explorar otros espacios discursivos menos vistos o transitados, unos caminos expresivos e intentar ser original, si bien la originalidad es un mito, pues no existen temas nuevos sino nuevos modos de desarrollarlos", agrega.

Pero, ¿por qué el nombre de Crisis? Abril admite que "un título de esa brevedad y significación es muy arriesgado, porque es una palabra que está en boca de todos y a menudo se banaliza". Y añade: "Se suele hablar de que el horizonte posmoderno que vivimos está inserto en una crisis en sentido amplio, total, individual, de un ser o sujeto roto por dentro". No obstante, el poeta de Los Villares rechaza que se trate de una poesía pesimista. "La tesis, en el fondo antropológicamente optimista, es que ni las crisis más agudas, ni las depresiones más serias son eternas. Todo podrá cambiarse", sostiene.

Uno de los temas que Abril aborda en su obra es el gusto culto por la mitología grecolatina. "Pero no una referencia hueca y frívola, sino aportando toda su significación antropológica, sobre todo desde el mito fundacional de la explicación de los orígenes del hombre", comenta. Y un referente directo de los poemas breves de Abril son las canciones de Luis García Montero, tanto las de Las flores del frío como las de La intimidad de la serpiente.