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Denuncia ante Garzón por 16 desaparecidos en la Guerra Civil

Los familiares recurren a la Audiencia Nacional para que se identiquen las fosas

Tras dos años y medio de investigación, Ángel Rodríguez Gallardo publicó el año pasado en Edicións do Castro 'O ruído da morte. A represión franquista en Ponteareas (1936-1939)'. En este libro se documenta el caso de 72 personas represaliadas en Ponteareas durante los años de la Guerra Civil, y se recogen 16 casos de personas desaparecidas cuyas tumbas no se han identificado. Las pruebas han sido remitidas a la Audiencia Nacional.

"Estaba allí, en la cuneta, llevaba su ropa, pero parecía como descompuesto"

El juez Baltasar Garzón será el encargado de estudiar la denuncia por 16 crímenes contra la humanidad. "Escogimos el juzgado de Garzón", explica Gallardo, "porque queríamos tenderle un guante". Está convencido de que si alguien en España puede ayudarles es Garzón.

La denuncia que la Comisión pola Memoria Histórica del 36 en Ponteareas presentó el pasado 14 de diciembre ha sido ratificada ya en dos ocasiones, la última hace poco más de una semana. Ahora están esperando a saber si el juez la admite o no a trámite. Sus artífices forman parte de la iniciativa conjunta de diversas asociaciones para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cataluña, Canarias, Galicia, Toledo y Aragón.

Todos están en contra de enterrar el pasado, sin más. Quieren que la Audiencia Nacional investigue la desaparición de 30.000 personas durante el franquismo. Sólo se han recuperado 900 de estos cadáveres. Por eso no se conforman con el proyecto de ley de Memoria Histórica a trámite actualmente en el Parlamento español. "Nadie busca venganza", aclara Gallardo, "la mayoría tan sólo quieren saber qué le pasó a sus familiares".

En Ponteareas, donde sigue viviendo, Chiña González, de 82 años, nunca ha podido olvidar a su padre, Herminio González Covelo, que apareció muerto en una cuneta cuando ella tenía 11 años. "No podía reconocerlo al principio", recuerda, "hasta le quité la gorra para ver si seguía estando calvo". Ella sí sabe dónde está enterrado su padre, pero nunca ha podido recuperar todos los bienes que le fueron incautados a su familia, ni denunciar a quién mató a su padre, cuyo único delito era ser de izquierdas. "Estaba allí, en la cuneta, llevaba su ropa, pero parecía como descompuesto, luego supimos que lo habían torturado en Tui".

Torturado como Javier Estévez Viana, cuyos gritos se escucharon desde la calle mientras, afirma Gallardo, "le clavaban agujas en los pulmones". Después lo mataron de un tiro. De Jesús Rodríguez García, Pisas, nunca se supo qué ha sido. Gallardo le perdió la pista en su investigación huyendo por los montes de Ponteareas, cree que llegó a Portugal. "Su sobrino Marcial sigue buscando su cuerpo", apunta. Son sólo algunas de las 72 historias que este profesor en la Facultad de Filología Hispánica de la Universidad de Vigo ha documentado en su libro.

Galicia es casi un páramo en lo que a memoria histórica se refiere. El libro de Ángel Rodríguez Gallardo ha venido a unirse a un puñado de ellos que han investigado la represión franquista en los años de la guerra. Porque Gallardo tiene claro que "hay que diferenciar entre la guerra y la dictadura". Julio Prada, María Jesús Souto y Luis Lamela son algunos de los pocos investigadores de esa etapa en Galicia. Recientemente, Alvarellos Editora reeditó Galicia bajo la bota de Franco, un libro mítico en la clandestinidad de la dictadura. En él se relatan también las supuestas tropelías cometidas por los simpatizantes franquistas en los primeros meses de la Guerra Civil.

Según el derecho internacional, las desapariciones forzadas son crímenes contra la humanidad que consisten en la detención ilegal de una persona, seguida de la negativa de las autoridades competentes a informar a sus familias sobre su suerte y su paradero. La denuncia presentada por los 16 casos de Tui es la primera de España por desapariciones forzadas durante la etapa franquista.

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