Deslumbrante Sevilla
El empate del Madrid con el Getafe revaloriza el triunfo del equipo andaluz ante el Barcelona
Actual campeón de la Copa de la UEFA y de la Supercopa de Europa, el Sevilla compite por revalidar el título continental, es también semifinalista de la Copa del Rey y desde el sábado ha recuperado el liderato de la Liga después de revolcar al Barcelona en un partido intenso y radiante.
Frente a las dudas de sus rivales, víctimas de su grandilocuencia, la salud futbolística del Sevilla es rebosante porque juega sin condicionantes, con naturalidad, vigor y atrevimiento.
Hay incluso una actitud reverencial del fútbol español hacia el comportamiento del Sevilla. Actuaciones como la que protagonizó ante los azulgrana refuerzan su ascendiente. Muy exigido por el Barça, su respuesta fue extraordinaria desde los distintos frentes que deciden un encuentro: si Rijkaard empezó por tener el control escénico de la contienda con la alineación, la réplica de Juande Ramos fue tan arriesgada como acertada en los cambios; si Ronaldinho marcó las diferencias nada más empezar, Daniel Alves acabó por convertirse en el futbolista del partido; y si los barcelonistas intimidaban por su precisión técnica, los sevillistas impusieron su calidad física y organización colectiva.
Aunque ha aumentado su riqueza táctica, no hay manera de que el Barça aproveche situaciones de ventaja como las que se le presentaron en el Sánchez Pizjuán. Jugaba con un futbolista más, un gol de ventaja y un penalti a favor y acabó con dos jugadores menos y la cuarta derrota del campeonato después de su negado paso por Chamartín, Montjuïc y Mestalla.
Los azulgrana son definitivamente un equipo sedentario. Nada que ver con el Madrid, especialmente resolutivo en cancha ajena y tan empantanado en Chamartín que hasta jugadores universales como Emerson se borran para no tener que escuchar la rechifla de la hinchada. Volvió a pinchar ayer el equipo de Capello ante el Getafe, traspiés que agradeció especialmente el Valencia, que se mantiene tercero, a cuatro puntos del líder y que, al igual que el Sevilla, aguarda con interés el clásico del próximo sábado en el Camp Nou.
Los grandes van muy apurados. Tanto por arriba como por abajo, pues el Athletic reafirmó ayer su puesto de descenso después de perder en San Mamés con el colista, el Nàstic.
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