Más trenes, menos autovías

Estos días se ha dicho en la prensa que el desplome del túnel de Vielha ha ocasionado un fuerte perjuicio a los camioneros, a los que la imposibilidad de utilizar la carretera N-230 les disminuye sus beneficios, ya que supone un incremento del 30% en los costes. Y olvidaron añadir que el paso de camiones pesados ocasiona un gran perjuicio a la Val d'Aran. Desde hace unos 15 años, gran cantidad de camiones pesados, que hasta entonces utilizaban otras vías, utiliza diariamente la N-230. Actualmente, sus usuarios perciben esta vía como lenta e insegura. Todo esto ha hecho inevitable su transformación en autovía. Esta autovía generaría un gran estropicio paisajístico a su paso por la Val d'Aran, que vive del turismo e hipotecaría seriamente su futuro.

Por este motivo, desde la Val d'Aran se propone una vía segregada de 26 kilómetros con un túnel de más de cinco kilómetros de longitud. Si bien es el mal menor, no es una solución correcta, ya que la experiencia demuestra que en estas vías el transporte de mercancías crece de manera exponencial y siempre son insuficientes. Además, los accidentes ocurridos en los túneles alpinos, dotados de los más modernos sistemas de seguridad, y en los que siempre han estado involucrados camiones pesados, demuestran que en los túneles no es posible compatibilizar camiones y seguridad.

En Europa, en las zonas alpinas, enfocan el problema de manera bastante diferente y en lugar de facilitar el paso de los camiones pesados, como hacemos aquí, proponen otras medidas. En la anterior legislatura, Francia y Alemania propusieron en la Unión Europea que en zonas de alta montaña, que tiene gran valor paisajístico y cuya economía depende del turismo, los camiones pesados paguen un impuesto por atravesarlas y como alternativa al transporte de mercancías proponen combinar el ferrocarril y los túneles. El transporte ferroviario de mercancías es positivo, tanto desde el punto de vista de la seguridad como del impacto paisajístico. En contra, tiene que obligar a planificar un poco más y mejor.

España se opuso a dicha resolución presentada en la UE: ¿por qué lo que es correcto para Alemania y Francia no lo es para España? Debe ser que la destrucción paisajística y medioambiental no preocupa mucho, que sólo miramos a corto plazo y que preferimos la solución más fácil y barata, aunque sea una chapuza. ¿Por qué no se deciden de una vez nuestros políticos a apostar seriamente por el transporte ferroviario.