El mercado laboral, en máximos históricos
El indicador trimestral de IESE-Adecco certifica, con matices críticos, la buena salud del empleo en España
El ILCA, índice elaborado por la escuela de negocios IESE y la firma de recursos humanos Adecco con el fin de medir la salud del empleo en España, ha alcanzado su máximo histórico desde 1999, año en que empezaron estas mediciones trimestrales. Con todo, sus autores alertan de que el crecimiento de la ocupación y la bajada en la tasa de paro pueden empezar a tocar techo.
Los autores del estudio alertan de que el crecimiento de la ocupación y la bajada en la tasa de paro pueden empezar a tocar techo
El empleo en España vive un momento de robustez. Lo indican los parámetros oficiales y lo corrobora, con algunos matices, el ILCA (indicador laboral de comunidades autónomas), un método de medición independiente sobre la situación de la ocupación que crearon el IESE y Adecco en 1999. El último ILCA, correspondiente al cuarto trimestre de 2006 y recién hecho público, alcanza su máxima puntuación histórica, 75,5 puntos sobre 100. Según las tablas del indicador, esta cifra significa que ninguna de las cuatro dimensiones analizadas presenta problemas graves, si bien una de ellas (la productividad) aún sigue lejos de lo deseable.
El indicador se elabora a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística sobre seis comunidades autónomas, las que cuentan con mayor número de personas ocupadas, a excepción de Canarias, según Diego Barceló, economista y coautor del índice junto al profesor del IESE José Ramón Pin. Las autonomías analizadas son Madrid, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana, Galicia y Andalucía. Las cuatro dimensiones investigadas son la ocupación, que pondera un 40% sobre el total; la adaptabilidad, que mide la capacidad de la economía española para dar movilidad a la mano de obra y pondera un 30%; la apertura (participación de mujeres y jóvenes en el mercado laboral), con un 20%; y la productividad, con un 10% de ponderación en el índice final.
El récord del ILCA se basa, sobre todo, en el crecimiento sostenido del empleo y la disminución del paro, que incluye la bajada en el número de desocupados de larga duración y en los que buscan su primer empleo. La productividad sigue siendo, pese a notarse cierta mejoría, el factor que más daña al índice. Según sus responsables, las previsiones apuntan a que en el actual trimestre (enero-marzo) el indicador laboral seguirá creciendo hasta los 76 puntos. Algo similar ocurrirá en el segundo trimestre de 2007, en el que se espera llegar a los 77,5.
Para Barceló, estos buenos augurios a corto plazo no deben ocultar que probablemente tras ellos "empezará a cambiar la tendencia". En su opinión, el mercado laboral español puede estar llegando al "punto de inflexión" a partir del cual reaparecerán ciertas debilidades. Sus dudas a medio plazo se basan "en que la tasa de desempleo lleva un año y medio estabilizada entre el 8% y el 9% y en que se advierten signos de cambio de ciclo macroeconómico a nivel internacional".
Además, el ILCA observa que el empleo crece, pero frenando su ritmo, ya que en 2006 los incrementos interanuales pasaron del 4,9% del primer trimestre al 4,2% del segundo, el 3,7% del tercero y el 3,6% del cuarto. En 2007, las perspectivas señalan que en el primer trimestre el aumento será del 3,4% y en el segundo del 3,3%. Para el coautor del índice, "si queremos ir a niveles de desempleo como los anglosajones conviene flexibilizar la legislación laboral, que el Banco Mundial dice que es la más rígida de Europa tras la de Grecia".
Para José Ramón Pin, la bonanza no debe hacer olvidar algunos "nubarrones" que se adivinan, como "los pronósticos de analistas internacionales que vaticinan que el largo y buen ciclo económico mundial necesita un drenaje, principalmente porque hará efecto la psicología del cansancio". Además, cita las previsiones de freno en el crecimiento del sector inmobiliario español y las dudas que genera el aumento del volumen de parados entre el colectivo de inmigrantes llegados a España.
Entre los datos del último trimestre de 2006 en nuestro país, Diego Barceló resalta precisamente "el hecho no alarmante, pero sí preocupante, de la subida de la tasa de paro entre los inmigrantes hasta el 11,8%, mientras la de los españoles bajaba al 7,7%, algo novedoso que indica que el mercado laboral no va a poder absorber tanto flujo de inmigración como ha venido haciendo hasta ahora".
Seis horas y media de trabajo al día
Construcción fue el sector que alcanzó una jornada laboral más larga, con un tiempo efectivo de 148,9 horas mensuales trabajadas (7 horas y 6 minutos diarias), mientras que en servicios se dio la más reducida, 132,9 horas mensuales (6 horas y 18 minutos diarios). Ambos parámetros se refieren al sector privado, en cuyo conjunto la jornada media fue de 6 horas y 30 minutos (136,7 horas mensuales).
Para mejorar la productividad, que lastra el resultado final del ILCA, José Ramón Pin recomienda tres medidas: "Cambio en las organizaciones, que impliquen por ejemplo la racionalización de los horarios de trabajo; inversión en I+D; y cultura de la innovación, que debe ir de la mano de un nuevo liderazgo directivo capaz de aprovechar la capacidad imaginativa y emprendedora tanto de los empleados españoles como la de los inmigrantes salidos de sus países".
Otro dato destacado del ILCA apunta al empleo juvenil (18-25 años), dado que entre octubre y diciembre, en las seis autonomías estudiadas, se destruyeron 1.900 empleos respecto a igual periodo de 2005. Una reducción del 0,1%, tras tres trimestres positivos, que contrasta con los buenos datos del conjunto de la población activa.
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