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Reportaje:

China intenta dominar un caballo desbocado

Pekín busca equilibrar la economía con restricciones al ahorro y la inversión que han contribuido a las caídas de las bolsas

La economía china prosigue su marcha vertiginosa, amenazada por el desequilibrio. En 2006 creció un 10,7% pero sigue lastrada por la dependencia de la inversión y las exportaciones, y el Gobierno tiene dificultades para bascular hacia un modelo en el que el consumo privado tenga mayor peso. Para controlar la inflación y las inversiones, Pekín ha ordenado a los bancos que, desde el 25 de febrero, incrementen las reservas del 9,5% de los depósitos al 10%. Esas y otras medidas de control financiero provocaron esta semana el desplome de la Bolsa china y contribuyeron, junto a otros factores, a fuertes descensos en la mayor parte de los mercados mundiales.

El superávit comercial alcanzó un valor récord en 2006, impulsado por un crecimiento del 27,2% en las exportaciones

Se trata de la quinta vez en los últimos ocho meses que las autoridades decretan un aumento del ratio de reservas. El Banco Central teme que el exceso de liquidez procedente del superávit comercial haga crecer aún más las inversiones y dispare la inflación, que, si en el conjunto de 2006 fue de 1,5%, en enero alcanzó el 2,2%. China ha subido los tipos de interés en dos ocasiones desde el pasado abril, y ha utilizado otras medidas para atajar el suministro de dinero.

El Banco Central estima que medio punto porcentual de aumento del requisito de reservas mínimas disminuye la cantidad de fondos disponibles para créditos en 150.000 millones de yuanes (14.700 millones de euros). Los analistas creen que el Ejecutivo ordenará este año al menos otra subida del ratio, que en junio del año pasado estaba en el 7,5%.

Xie Fuzhan, responsable de la Oficina Nacional de Estadísticas, reconoce que, a pesar de la buena evolución experimentada por la economía, existen problemas como "la relación irracional entre inversión y consumo" o "el exceso de liquidez en el sistema bancario", y ha asegurado que está "resultando difícil cumplir el objetivo de modificar la estructura económica".

La cuestión se ha convertido en uno de los ejes centrales de la actuación del Gobierno. China "mantendrá una política fiscal y monetaria prudente para hacer avanzar la reestructuración de la economía", afirmó hace unos días el presidente chino, Hu Jintao, quien ha prometido ejercer estrictos controles macroeconómicos sobre la inversión en activos fijos y la concesión de créditos.

Pese a las medidas adoptadas desde hace más de dos años, y que se intensificaron en 2006, la inversión ascendió un 24,5% el pasado ejercicio, muy por encima del objetivo fijado del 18%. El superávit de la balanza comercial alcanzó un récord de 177.470 millones de dólares -un 74% más que en 2005-, impulsado por un tirón del 27,2% de las exportaciones.

"La inversión ya supone el 45% del PIB, y las exportaciones más de un tercio. La cuestión clave para la economía es estimular el consumo y reducir el ahorro", explica Huang Yiping, analista jefe para Asia de Citigroup. "El Gobierno ha hecho esfuerzos en este sentido, como mejorar el sistema de protección social [del cual carece la inmensa mayoría de la población], o dar apoyo financiero a las infraestructuras rurales y a la educación [que en China es de pago, sea pública o privada]. Pero modificar las pautas de ahorro es un proceso a largo plazo", añade.

Según Huang, "los mayores desafíos a los que se enfrenta la economía son alcanzar el equilibrio -entre la inversión y el consumo, entre la demanda exterior y la doméstica, entre las zonas urbanas y las rurales, entre la costa y el interior- y mejorar la eficiencia de los recursos. Sólo así puede China mejorar la calidad y la sostenibilidad del crecimiento".

En su último informe trimestral sobre el país asiático el Banco Mundial insiste en que los desafíos macroeconómicos internos siguen siendo gestionables, a pesar del creciente desequilibrio. Pero advierte que, aunque los exportadores se han visto afectados por algunas medidas adoptadas por el Gobierno para reequilibrar la economía -como el aumento de la presión fiscal y la apreciación del yuan-, el constante incremento de la productividad y la fortaleza de la economía mundial prometen sólo una pequeña ralentización de sus exportaciones.

Según los cálculos de las organizaciones internacionales y los principales bancos, la economía china crecerá entre el 9,6 y el 10% este año.

Oficina del Industrial and Commercial Bank of China.
Oficina del Industrial and Commercial Bank of China.REUTERS

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