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Reportaje:Ciclismo

Los equipos, entre las amenazas de la UCI y los organizadores

Carlos Arribas

Como en el chiste del inglés, el hindú y el español, los dos que se pelean buscan echarse al hindú a la espalda para protegerse de los golpes del otro. Así, más o menos, está la situación en el mundillo del ciclismo: la federación internacional y los grandes organizadores, enfrentados por el control económico y televisivo de las carreras del ProTour, y los equipos, por medio, utilizados como almohadillas de protección por ambos en su intercambio de golpes.

"Nos tienen como si fueran padres divorciados y nosotros el hijo al que exigen decantarse por uno de los dos", dice un director español. "Pero en este caso, las dos partes nos quieren ganar más con promesas que con chantajes, y ni siquiera emocionales". Haciendo exhibición de su fuerza, el organizador del Tour ha amenazado con no invitar a su carrera a los equipos que no se pongan de su lado. La Unión Ciclista Internacional (UCI), por su parte, les recordó el viernes en una carta que serían excomulgados, suspendidos, prohibidos, si se iban con el Tour.

En tal tesitura, los 17 mayores equipos, organizados en la ICPT, se sintieron el viernes más fuertes que nunca en una reunión en Bruselas, en la que decidieron dos cosas: rebotarse contra la UCI por su incapacidad para solucionar un conflicto abierto hace 30 meses y pedir a las dos partes que se reúnan mañana para crear un clima de sensatez y cordura.

Envite de seis federaciones

La piedra de toque de las amenazas es la París-Niza, la primera prueba del ProTour, que comienza el próximo domingo y que está organizada por el Tour. Para refrendar con hechos su rechazo al ProTour, el Tour se niega a dejar participar en la carrera al Unibet.com. La UCI ha pedido a los equipos que boicoteen la París-Niza; el Tour les ha dicho que cuidado con lo que hacen, que si no corren la carrera pequeña quizás es porque tampoco les interesa la grande. Y para complicar más las cosas, para dar aún más sensación de cisma, seis federaciones, entre ellas las de los países más fuertes -Italia, Francia, España, Bélgica, Luxemburgo y Austria- se han puesto del lado de los organizadores, que son los del Tour, los de la Vuelta y los del Giro, las tres pruebas más importantes del calendario.

El envite es trascendental: si los equipos corren la París-Niza ya podría darse por muerto el ProTour, la liga puesta en marcha por Manolo Saiz y el ex presidente de la UCI, Hein Verbruggen, para acotar el poder de los organizadores de carreras. Si muere el ProTour, la UCI quedaría desautorizada, sin poder para aplicar sus normas. El ciclismo regresaría a los años 60, cuando las grandes carreras imponían su ley.

La última iniciativa federativa, pedir a cada conjunto 30.000 euros para poner en marcha un ambicioso plan antidopaje no explicado, ha terminado por soliviantar definitivamente a la mayoría. Así, 15 de los 17 equipos reunidos el viernes -todos salvo el Milram y el Crédit Agricole-, votaron por correr la París-Niza.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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