Un incendio en el frigorífico de un laboratorio obliga a evacuar el hospital de Jerez
Los 270 enfermos desalojados volvieron a sus habitaciones cuatro horas después del fuego
El hospital general de Jerez tuvo que ser evacuado en la tarde de ayer después de que se originara un incendio en la cámara frigorífica del laboratorio bacteriológico. Cuatro horas después del incidente, los 270 enfermos desalojados habían podido volver a sus habitaciones. Aunque el fuego sólo afectó a la planta baja del edificio, se evacuaron de manera preventiva cuatro de los cinco pisos del hospital. El siniestro, que no ha casuado daños personales, causó gran conmoción entre los usuarios y puso a prueba los sistemas de emergencias del centro hospitalario.
Pasaban las cinco de la tarde cuando se originó el fuego por causas que, anoche, al cierre de esta edición, aún se desconocían. Las llamas comenzaron en el compresor de una cámara frigorífica situada en el laboratorio de bacteriología. La presencia de plástico en el pequeño cuartillo donde se sitúa el compresor desencadenó una gran columna de humo que se fue filtrando por buena parte del edificio. El fuego sólo afectó a la habitación de la máquina, pero el humo de los plásticos quemados ascendió desde la planta baja al resto del hospital.
Las llamas fueron controladas con rapidez por los 12 bomberos que acudieron al lugar en un total de siete vehículos, pero se decidió, por prevención, proceder a la evacuación completa de las tres primeras plantas del hospital y a la mitad de la cuarta, dejando intacto el último y quinto piso, donde está instalada el área de oncología.
Aunque el desalojo fue rápido, enfermos y familiares vivieron momentos de confusión. "Nosotros estábamos esperando porque un familiar tenía que entrar en quirófano. Nadie nos dijo nada y empezamos a mojar sábanas para colocarlas en las rendijas de las puertas", decía una usuaria aún nerviosa.
Eran los primeros instantes de la evacuación y a la puerta del hospital iban saliendo los pacientes y allegados. "Mi marido y otro han tenido que abrir las ventanas con un destornillador porque están selladas. Era la única forma que teníamos de que entrara aire limpio", protestaba enérgica otra mujer.
También se vivieron momentos de cierta angustia. Una joven que acababa de visitar a su madre se enteró de lo ocurrido cuando ya estaba en la calle. Los servicios de emergencias le impidieron volver a la habitación y estuvo hasta dos horas esperando en reencontrarse con su madre.
Al margen de las incidencias reseñadas, lo cierto es que el desalojo se desarrolló con normalidad. "Una enfermera me avisó de que estaban vaciando el edificio, así es que hemos ido bajando tranquilamente por las escaleras. Yo no he visto caos por ningún sitio", relató un enfermo.
La mayoría de los pacientes fueron distribuidos por las zonas del edificio que no estaban afectadas, aunque era inevitable ver en la puerta del hospital algunos usuarios conectados al gotero y aún incrédulos por lo que había ocurrido.
Pasadas las siete de la tarde, el delegado de la Consejería de Salud en Cádiz, Hipólito García, visitó el centro y comentó que ya se estaba restableciendo la normalidad. Unos 270 enfermos, además de familiares y personal sanitario, fueron realojados. Durante el siniestro, se activó el plan de emergencia por si algún paciente de urgencias tuviera que derivarse a otro hospital, pero García confirmó que no fue necesario.
Los usuarios volvieron a sus camas después de que se hubiera restablecido el sistema de ventilación y aire acondicionado. De manera progresiva se fueron ocupando las habitaciones.
Poco antes de las nueve de la noche, el hospital funcionaba a pleno rendimiento. En el edificio sólo persistía el olor a plástico quemado. La consejera de Salud, María Jesús Montero, se acercó al centro hospitalario jerezano y felicitó al personal por la "rápida evacuación". El siniestro se saldó sólo con pequeños daños materiales que anoche se estaban evaluando.
Los bomberos sólo tuvieron que emplear 500 litros de agua y tres extintores para sofocar el incendio.
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