El partido mil no pasará a la historia
El Espanyol, con orden y remate, amarga la celebración de Osasuna
Discurrían Osasuna y Espanyol por caminos idénticos: mal comienzo de campaña, recuperación, zona media de la tabla, clasificación para los octavos de la Copa de la UEFA, nivel aceptable de juego... Y, cuando se encontraron frente a frente, exhibieron dos caras difícilmente comparables. Los de Ziganda fueron un equipo menor, carente de sentido práctico, sin remate y fundido físicamente. Su rival, por el contrario, se mostró como un conjunto serio, que sabe atacar con velocidad cuando hace falta y que es capaz de aguantar sin pasar apuros defensivos. El resultado, siguiendo la lógica, fue el de una victoria cómoda que aúpa al Espanyol y comienza a hacer mirar hacia abajo a Osasuna, que se enfrenta a un calendario muy cargado y a una falta de remate preocupante. En su estadio, y con la plena posesión de la pelota, sólo fue capaz de probar una vez a Kameni en todo el choque con un tiro lejano de Juanfran. El resto, intentonas baldías y ausencia de acierto, con Soldado más dispuesto a protestar que a desmarcarse y Milosevic muy castigado físicamente. Además, Osasuna quería festejar su encuentro número mil en Primera con una victoria, pero tuvo que dejar pasar la ocasión con resignación y un poco de vergüenza.
OSASUNA 0 - ESPANYOL 2
Osasuna: Ricardo; Izquierdo, M. Flaño, Cuéllar (Muñoz, m. 79), Corrales; Puñal, Raúl García; Juanfran, Milosevic (Webó, m. 54), Héctor Font (Juanlu, m. 67); y Soldado. No utilizados: Elía; J. Flaño, Cruchaga y David López.
Espanyol: Kameni; Chica, Torrejón Jarque, Lacruz; Coro (David García, m. 79), Jónatas (Costa, m. 72), Moisés, Moha; Luis García y Tamudo (Pandiani, m. 86). No utilizados: Gorka; Serrá, Ito y Riera.
Goles: 0-1. Coro remata cruzado en del área. 0-2. M. 65. Contragolpe que Tamudo finaliza con un tiro que toca en Miguel Flaño y se cuela.
Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Puñal, Chica, Soldado y M. Flaño. Expulsó a Jarque con la tarjeta roja directa (m. 76).
16.165 espectadores en el Reyno de Navarra.
El Espanyol no necesitó demasiado tiempo para calar a su rival y certificar su ausente presencia. Jónatas, desde el centro del campo, aceleró una pérdida del balón de Osasuna mediante un pase a la derecha, donde Coro, sin presión, se coló en el área y, con un magnífico disparo cruzado y a media altura, batió a Ricardo. Un poco de velocidad era suficiente para desmontar a Osasuna y Luis García, un notable ejemplo de potencia, provocó junto a Tamudo muchos quebraderos de cabeza a la zaga navarra. Sólo los fueras de juego continuos de los delanteros impidieron un mayor resultado.
Osasuna trató de desperezarse, pero le resultó imposible. No tenía base suficiente para crecer y el Espanyol terminó por aprovechar esa carencia. Otro contragolpe, en esta ocasión concluido por Tamudo, puso fin al encuentro. El Espanyol, pese a dejar la posesión a su rival, sí que supo mantener una disciplina que, ayudada por la impericia ofensiva de los delanteros osasunistas, se convirtió en un muro infranqueable.
Los de Ziganda intentaban llegar al área de Kameni con poca convicción, casi con espíritu resignado. La entrada de Webó llevó algo de peligro y se vivieron unos minutos más abiertos. Tamudo pudo lograr el tercer gol, pero su conducción demasiado lenta supuso que Miguel Flaño le rebañase el balón cuando se encontraba cara a cara con Ricardo. Después, la expulsión de Jarque por una agresión a Soldado, que un minuto antes le había pateado el pecho involuntariamente, y nada de fútbol. Nada más que resignación en el partido mil de Osasuna, un encuentro para borrar de la historia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.