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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Ángel Sánchez-Gijón, historiador y traductor

Fue miembro del partido comunista y Premio Nacional de Traducción por una obra de Italo Calvino

El historiador, traductor e histórico militante comunista Ángel Sánchez-Gijón Martínez, nacido en Cádiz en 1934, falleció el pasado viernesen Madrid a los 73 años.

El historiador y traductor Ángel Sánchez-Gijón falleció el pasado viernes en Madrid a los 73 años, a causa de una parada cardiorrespiratoria, provocada por un enfisema pulmonar que padecía hace años. Nacido en Cádiz, Sánchez-Gijón fue también un histórico miembro del partido comunista, por cuya militancia estuvo preso durante la dictadura franquista.

En los años cincuenta este gran conversador se fue a vivir a Italia, donde primero trabajó como lector de español en la Facultad de Pescara, con el hispanista Vittorio Bodini y después, ya en Roma, donde sobrevivió dando clases particulares. En esa época estrechó su amistad con el matrimonio formado por Rafael Alberti y María Teresa León. Fue por entonces cuando fueron conocidas sus manifestaciones públicas contra Franco y su régimen dictatorial, motivo por el cual en uno de sus viajes a España es detenido y encarcelado a principios de los años sesenta.

Al salir de la cárcel vuelve a Italia. En 1967 conoce a la profesora de Ciencias y Matemáticas Fiorella de Angelis, con quien se casó y tuvo dos hijos, Eloy, músico y Aitana. Esta última, nacida en Roma y conocida actriz española, hace escasos meses que le dedicó a su padre su última incursión teatral en el montaje Odiseo y Penélope, con texto e interpretación de Mario Vargas Llosa. El pasado mes de agosto ella declaró que ese trabajo estaba dedicado a Ángel Sánchez-Gijón porque "él también me enseñó a viajar a través de la palabra escrita".

El historiador vuelve definitivamente a España en 1969 y ante la sorpresa de sus compañeros de partido y amigos, que le avisan del peligro que corre, él se limita a decir: "Vuelvo porque no quiero que me cuenten que Franco ha muerto, quiero vivirlo".

A partir de entonces trabajó como profesor de Geografía e Historia en el Instituto Gregorio Marañón y en el Príncipe Felipe, donde fue catedrático de Historia y director del centro. En ambas instituciones escribió numerosos libros de texto de historia y son varias las generaciones de alumnos que, en más de una ocasión, han afirmado sentirse deudores de su maestría y de su manera de hacerles entender la historia sin maniqueísmos.

Su otra labor destacada fue la de traductor de francés e italiano, oficio por el que recibió el Premio Nacional de Traducción en 1974, por su trabajo en Relatos, de Italo Calvino. Son reconocidos sus trabajos de traducción de obras de ensayo, narrativa, poesía y teatro de autores como Armando Plebe, Cesare Pavese, Elsa Morante, Gabriele d'Annunzio, Italo Calvino, Mario de Micheli, Pier Paolo Pasolini, Primo Levi, Vitaliano Brancati y Vittorio Bodini, entre otros.

Lector empedernido, gran conversador y hombre de tremenda cultura, Sánchez-Gijón, que era considerado un hombre especialmente atractivo, durante mucho tiempo tuvo como afición más destacada pintar soldaditos de plomo. En los últimos años reunió muchísimo material para escribir un libro sobre la Guerra Civil española. Pero hace unos meses desistió de la idea al ver que se estaban publicando numerosos volúmenes sobre esa misma contienda.

Sánchez-Gijón, que fue incinerado el pasado sábado en el Tanatorio de la Paz rodeado de su familia y amigos, falleció demostrando una vez más su pasión por la lectura y por aquello que le rodeaba: en una mano sostenía una novela policiaca de Henning Mankel y sobre el regazo tenía abierta la edición impresa del diario EL PAÍS del viernes.

Ángel Sánchez-Gijón.
Ángel Sánchez-Gijón.

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