Buenos síntomas
Los síntomas se dividen en buenos y malos y esta semana tocan los buenos. Es buen síntoma que Tele 5 haya retirado de antena un reality recién estrenado (La casa de tu vida) porque de ahora en adelante las cadenas se lo pensarán dos veces antes de comprar a Endemol, que sigue siendo propiedad de Telefónica, los derechos de esas telerrealidades salvajes que aún quedan por estrenar y que hasta ahora tan excelentemente mezclaban con nuestra única aportación a las artes televisivas del planeta, nuestra famosa telebasura.
También es un buen síntoma que al mismo tiempo, y audímetro en mano, la semana haya demostrado que las series de ficción, dispuestos a fabricar share, son muy superiores a los reality y encima emiten menos gases amarillentos.
Y dentro de la ficción, también es sintomático que los hombres de House le hayan ganado esta semana la partida a Los hombres de Paco y que las grandes series norteamericanas no sólo están de moda, por fin, en nuestras pantallas, sino que, excepto Aída, funcionan mejor que las españolas y, sobre todo, ya no necesitan ser emitidas y consumidas en el tonto prime time para ser masivamente visitadas en formato pack DVD del centro comercial o a través de las descargas piratas de Internet.
Cuando entendamos definitivamente que ya no se necesita el televisor familiar y sedentario del cuarto de estar para disfrutar de los mejores productos televisivos, que ya nos llegan por tierra, mar y aire, habremos dado un paso de gigante para desdramatizar ese único, absurdo y mayúsculo femenino singular que todavía rige en pleno siglo XXI y llamamos paletamente La Televisión.
Porque cuando mueren los reality, y ya mueren, resulta que las cadenas existen y son rentables sólo por sus ficciones en exclusiva. El CSI y la Aída de Tele 5; los House y Anatomía de Grey de Cuatro; La Sexta de Prison Break; los Perdidos y las Mujeres desesperadas de TVE; los Héroes autonómicos y aún estamos esperando de Antena 3 esa serie que la defina al margen de su culebrón en sesión continua sobre la nietísima.
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