Un impulso homicida
El supuesto autor del crimen de Fago dijo que algo le indujo a matar al alcalde con una escopeta que halló en una bolsa de plástico
Santiago Mainar, encarcelado como supuesto autor del asesinato de Miguel Grima, alcalde de Fago (Huesca), declaró a la Guardia Civil que cometió el crimen tras sentir "un impulso" que le indujo a cometer esta acción. Para eso, Mainar utilizó una escopeta que halló abandonada en el Val de San Juan, un paraje próximo a donde posee una nave en la que tiene estabuladas sus vacas. Mientras tanto, la Guardia Civil está interrogando a varios vecinos de Ansó y Fago, ante la sospecha de que el presunto homicida no actuó solo. La juez ha decidido mantener el caso bajo secreto.
El guarda forestal Mainar, de 52 años, explicó tras ser detenido el pasado día 2 por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que "había oído" que Grima tenía una reunión el pasado 12 de enero en Jaca. Ese día, Mainar sintió "un impulso" que le hizo ir en busca de una escopeta que hace dos años había encontrado "dentro de una bolsa de plástico" en el Val de San Juan, a 500 metros de su vaquería. Tras coger el arma, pasó por su casa de Fago y se proveyó de un cartucho de postas. Sobre las cinco y media de la tarde de ese día empezó a caminar hasta las proximidades de Majones (unos 12 kilómetros) a la espera de ver aparecer al alcalde, con el que mantenía fuertes discrepancias desde hace varios años.
Santiago Mainar asegura que arrojó la escopeta del asesinato en un camión
Ante la Guardia Civil, un abogado de oficio y el secretario judicial, Mainar declaró que llegó a una curva de la carretera, próxima a Majones, e ideó una emboscada: colocó unas piedras en mitad del asfalto con el fin de obligar a Grima a que detuviera su vehículo (un Mercedes 190).
Sobre las nueve y media de la noche, José Garmendia, un vasco que se dirigía hacia su casa de Fago, se vio obligado a parar y a retirar las piedras supuestamente colocadas por Mainar para poder seguir su camino. Después, el supuesto homicida, según su declaración, volvió a poner los pedruscos en mitad del camino. Al poco rato, llegó el alcalde de Fago, Miguel Grima, que tuvo que echar pie a tierra para quitarlos. En ese momento, antes de que la víctima volviera a subir a su coche, el atacante efectuó contra él un único disparo causándole la muerte en el acto.
"Tras disparar contra Grima, vi las luces de otro coche que se aproximaba al lugar. No sabía qué hacer. El coche se detuvo, pero yo le dije al conductor que siguiera su camino porque no pasaba nada", relató Mainar. El conductor era el médico guipuzcoano Iñaki B. A., que se traslaba a pasar el fin de semana en su vivienda de Fago, quien manifestó ante la Guardia Civil que un hombre con una linterna frontal en la cabeza le había ordenado que siguiera su marcha.
Mainar sostiene que, tras el crimen, trasladó el coche del difunto Grima hasta una ermita románica próxima a Berdún, un lugar situado a 12 kilómetros de Majones que, según él, conocía "a través de un folleto turístico". A continuación, la escopeta empleada en el crimen la dejó escondida a unos 200 metros, en las proximidades de Villarreal de la Canal, tras lo que regresó a pie a Fago en medio de la noche.
¿Qué hizo con la escopeta? Éste sigue siendo el gran interrogante que la Guardia Civil está tratando de aclarar. Mainar dijo que al día siguiente regresó en busca del arma y que decidió deshacerse de ella echándola dentro de un camión de matrícula francesa aparcado en el restaurante Anaya, en Puente La Reina, un municipio que dista más de 20 kilómetros de Fago.
Tras ser detenido a principios del presente mes y ser puesto a disposición de la juez de Instrucción número 2 de Jaca, Mainar se retractó de su autoinculpación y aseguró que había confesado ser el autor del crimen por la presión a que fue sometido en el cuartel de Jaca.
Durante la presente semana, agentes de la UCO de la Guardia Civil han interrogado a varios cazadores, albañiles y residentes en Fago y el vecino municipio de Ansó. "Hay gente que está con un ataque de angustia desde hace días por la presión a que está siendo sometida", explica un vecino de la zona. El objetivo de los investigadores es localizar el arma homicida.
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