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General Motors y Chrysler discuten una posible alianza

Las acciones de DaimlerChrysler subieron un 5,5% tras la publicación de las conversaciones

General Motors (GM) comprando el grupo Chrysler. Una operación que parecía impensable hace años, se abre camino en Detroit, después de que la prensa especializada desvelara que las dos compañías negocian al más alto nivel para integrar sus operaciones. Hasta ahora se hablaba de alianzas estratégicas para el desarrollo de determinados vehículos, como los todoterreno.

GM es el primer fabricante de coches en EE UU y del mundo, mientras que Chrysler, división norteamericana del grupo alemán Daimler, ocupa el cuarto lugar en su propio mercado, detrás de Ford Motor y la japonesa Toyota Motor. La crisis que viven los tres gigantes de Detroit, por los altos costes de producción y la creciente competencia de los fabricantes asiáticos, le está obligando a barajar cualquier opción para superar el bache.

Esta semana, el grupo Chrysler anunciaba el despido de 13.000 empleados (16% de la plantilla) para 2009 y el cierre de una planta de ensamblaje, además de una reducción de la capacidad de 400.000 vehículos que afectará a ocho factorías. En paralelo, la ejecutiva de la matriz en Alemania abría la puerta a la venta de la división estadounidense si el último ajuste se mostraba insuficiente para recuperar su rentabilidad en 2008. Daimler y Chrysler se fusionaron en 1998.

El rumor de esta alianza GM-Chrysler tuvo un efecto inmediato en Wall Street, aunque aún tiene mucho recorrido por delante. Los inversores de DaimlerChrysler vieron cómo sus títulos se revalorizaban hasta un 5,5% después de que la revista Automotive News desvelara que General Motors estaría negociando la compra de su división estadounidense. El alza se moderó poco después, hasta el entorno del 4%, mientras que los títulos de GM se mantuvieron planos, tras caer un 2%.

Los analistas intentaron poner las cosas en perspectiva y opinan que esta operación sería desastrosa para GM, hasta el punto que la comparan con el fiasco de la alianza con Fiat. Al gigante de Detroit podría interesarle hacerse con el control de marcas de su rival para preservar su cuota de mercado. El problema es que también acarrearía unos costes laborales y unas obligaciones en materia de pensiones estimados en 23.600 millones de dólares, (17.960 millones de euros) que GM no podría soportar.

Tanto General Motors como Chrysler evitaron ayer comentar esta posible operación, calificándola incluso de especulación.

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