Los chiíes de Irak sufren una nueva matanza en un doble atentado con bombas en Bagdad
Condenado a la horca el ex vicepresidente Ramadán, 'número dos' del régimen de Sadam
Un doble atentado golpeó de nuevo Bagdad ayer y causó 79 muertos y 165 heridos en dos barrios mayoritariamente chiíes. Los ataques ocurrieron días después del anuncio por el Gobierno de que ha potenciado el plan de seguridad de la capital iraquí, convertido en papel mojado. El lanzamiento del plan, el pasado día 6, tampoco impidió que ese mismo día desaparecieran dos alemanes, según reconoció ayer el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien no descartó que hayan sido secuestrados. Mientras, la justicia iraquí decidió ahorcar al ex vicepresidente Taha Yasin Ramadán.
El doble atentado de Bagdad se produjo en plena conmemoración por los chiíes del primer aniversario, según el calendario musulmán, del atentado del 22 de febrero de 2006 contra el mausoleo chií de Samarra, que desató la peor ola de violencia interreligiosa de la historia moderna del país. "La fecha ha sido cuidadosamente elegida. El mensaje es claro: quieren continuar la destrucción de los símbolos religiosos y provocar la ruptura entre los diferentes componentes del pueblo iraquí", declaró el general Abdel Karim Jalaf, jefe de operaciones del Ministerio del Interior iraquí. Jalaf indicó que horas más tarde fueron detenidos tres sospechosos de haber participado en los atentados. "Dos de ellos son extranjeros no árabes", indicó sin precisar la nacionalidad.
El primer atentado, en el que se utilizaron tres coches bomba, tuvo como objetivo un centro comercial cercano al mercado de Chorya, el mayor de Bagdad. Un coche se colocó en los sótanos del edificio y los otros dos, cada uno a 200 metros de las dos caras del edificio. La explosión conjunta provocó destrozos en 700 metros a la redonda, y causó 79 muertos y 165 heridos. Apenas 15 minutos más tarde y a un kilómetro de distancia, en el mercado de Haraj, estalló un artefacto explosivo de fabricación casera, que causó nueve muertos y 21 heridos. La explosión desató un incendio que acabó con muchas de las pequeñas tiendas abarrotadas de textiles y ropa de las dos plantas del mercado.
"Creemos que el número de víctimas mortales aumentará porque algunos de los heridos se encuentran en estado crítico", señaló el general Jalaf.
Los atentados se produjeron poco antes de que se hiciera pública la decisión del Tribunal Penal Superior de Justicia iraquí, que sentenció a muerte al ex vicepresidente iraquí, Taha Yasin Ramadán, como había solicitado el Tribunal de Casación tras revisar su caso. Según la sentencia del caso Dujail, Ramadán, el número dos del régimen de Sadam Husein, será ahorcado por su implicación en la muerte de 148 chiíes, ejecutados por participar, en 1982, en un atentado contra el dictador.
El juez Alí al Kahayi anunció que "el tribunal ha decidido condenar a Ramadán a pena de muerte en la horca por cometer un crimen contra la humanidad". Según Kahayi, se puede apelar la sentencia. El pasado 5 de noviembre, Ramadán fue condenado en primera instancia a cadena perpetua, pero el Tribunal de Casación iraquí consideró que debía ser condenado a la pena capital.
En cuanto a los dos alemanes desaparecidos, todo apunta a que se trata de un secuestro, aunque las autoridades germanas no lo confirmaron, y a que las víctimas podrían tratarse de una mujer de más de 60 años, casada con un médico iraquí, y el hijo de ambos, quien, según el diario berlinés Tagesszeitung, trabaja en el Ministerio iraquí de Exteriores.
Por otra parte, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en una de las escasas entrevistas que concede a un medio occidental, rechazó ayer en la cadena de estadounidense ABC las acusaciones de Washington de que Teherán alienta la violencia en Irak suministrando armas a los milicianos chiíes radicales. Según Ahmadineyad, la Casa Blanca trata de esconder sus equivocaciones y derrotas en Irak echando a otros la culpa de sus fallos. Ahmadineyad dijo que "no teme un ataque de EE UU", que cree que hay "muy pocas probabilidades" de que se produzca, pero que si alguien quiere atacar Irán "será severamente castigado".
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