Salto a la fama de Trias
El 'pívot' del Barça, el jugador más valioso en la Copa del Rey, triunfa al fin a los 26 años tras forjarse en clubes modestos
La ilusión de un modesto, de un entusiasta, de un esforzado deportista alejado de los focos del estrellato. Eso era lo que transmitía Jordi Trias el pasado miércoles. "¿La Copa? Es un torneo que me hace muchísima ilusión. Me vienen a la cabeza muchas imágenes históricas: aquel triple de Solozábal en Valladolid, aquel susto de Marcelo Nicola, la explosión de Pau Gasol, aquellos triples de Jasikevicius", explicaba. Ni él ni casi nadie esperaba lo que sucedió en Málaga. Era poco más que un diletante hasta que su perseverancia, el triunfo del Winterthur Barcelona y la confianza que le ha otorgado Dusko Ivanovic le han valido para pasar al primer plano del baloncesto español. Los 14,7 puntos y 6,2 rebotes de promedio en los tres partidos le han valido para ser elegido el Jugador Más Valioso de la Copa del Rey.
"Ivanovic ha sido muy exigente conmigo, pero me ha hecho mejorar mucho"
Trias se ha forjado a la sombra de los maravillosos jugadores de su generación, la del 80, la de los júniors de oro, la que formó la base de la selección española que ganó el reciente Mundial de Japón. Su carrera ha discurrido por derroteros mucho más modestos que los de Gasol y compañía. Mientras que estos saltaban definitivamente a la fama ganando el Mundial júnior en 1999, él disputaba la Primera División catalana en las filas del modesto Adepaf, de Figueres. "He madurado más tarde. Me habría gustado estar allí, pero no siento pena por no haber estado. Yo era un aficionado más animando a la selección", comenta.
La carrera de este pívot de 2,06 metros y 94 kilos no ha sido un camino de rosas. Su eclosión se ha demorado. Tiene 26 años y hasta ahora no podía decirse siquiera que fuera titular con una mínima continuidad, ni tampoco internacional con la selección absoluta. Fichó por el Girona en 1999 y debutó en la Liga ACB en octubre de aquel año en un partido ante el Lobos Cantabria. "No creo que haya estado tan nervioso en toda mi vida. Me hicieron salir cuando faltaban unos segundos. Nunca lo olvidaré", dice.
Aún dividió durante una temporada más su pertenencia al Adepaf y al Girona. Una temporada después fue cedido al Etosa Murcia, con el que jugó la Liga LEB. Dos temporadas más estuvo en el Girona antes de que el Barcelona, tras ver frustrados sus intentos por contratar a Reyes, Garbajosa o Turckan, lo fichase en 2004. Tuvo que cambiar su número habitual, el 4, porque esa camiseta la tiene retirada el Barça en honor de Andrés Jiménez.
Tras 17 partidos, el club azulgrana prefirió apostar por Devin Davis y Andrija Zizic. Volvió a ser cedido a su club de origen, el Girona. "Me fue muy bien acabar de madurar allí. No había llegado en un buen año al Barça por el hecho del cambio de entrenador, de directiva poco después. La presión de jugar en un grande como el Barça se tenía que digerir demasiado rápido", advierte.
Al club azulgrana llegó de la mano de Svetislav Pesic y Dusko Ivanovic refrendó su confianza en él, aunque hasta ahora, y también favorecido por la ausencia del lesionado Kasun, no se ha hecho con un puesto en el quinteto titular. Lo agradece: "Sin duda, con Ivanovic he crecido. Es exigente, pero hay que serlo para ganar. Conmigo ha sido muy exigente, pero me ha hecho mejorar mucho". El pasado verano, Pepu Hernández convocó para la selección a Trias en calidad de invitado. La lesión de Fran Vázquez, le permitió optar hasta el último momento por un puesto junto a Hernández-Sonseca y Marc Gasol. Finalmente, fue descartado.
Admirador de los Lakers y de Michael Jordan, Trias le dedicó el éxito de la Copa a su madre. "Es la que siempre sufre conmigo. Antes de empezar la Copa pensaba que podíamos ganar, pero evidentemente no creía que podría ser el MVP", admite con su habitual modestia Trias.
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