"Este éxito tiene que ayudar un poquito"
Dusko Ivanovic, el cuestionado técnico del Barça, resalta el triunfo consciente del complicado camino que le queda por delante
Una imagen resumió mejor que ninguna otra lo que supone para el Barcelona la Copa que conquistó ayer tras apabullar al Madrid: mientras los jugadores azulgrana formaban una exultante piña en el centro de la pista, Dusko Ivanovic, en la banda, se fundía en un emocionado abrazo con su hija. Cuestionado por buena parte de la afición del Barça, distanciado en ocasiones de sus jugadores, el técnico azulgrana liberaba con su hija la enorme tensión que ha ido acumulando desde que llegó al Palau Blaugrana. "Le he dado la enhorabuena. Es mi campeón", dijo su hija, ante las cámaras, para que lo oyera todo el mundo.
Nadie mejor que ella, que, gane o pierda el Barça, le espera incondicionalmente tras cada partido en los vestuarios del Palau para abrazarlo y besarlo, sabe de los malos momentos que ha pasado Ivanovic desde que asumió la dirección del banquillo. Ayer, con la conquista de su primer título como técnico azulgrana, pudo respirar aliviado. Se le vio sonreír como pocas veces, mirarse con curiosidad la pequeña reproducción del trofeo que recibió, celebrar a su manera el vigésimo título de Copa en la historia del Barça, el séptimo desde que la ACB tomó las riendas de la competición y la concentró en 1984. "Estoy contento. Lo merecíamos por los tres partidos serios, con buena defensa, que hemos hecho. Este éxito tiene que ayudar un poquito", dijo Ivanovic, consciente del complejo camino que aún le queda por delante, y que acabó por parte de la afición barcelonista presente en el Martín Carpena.
Reyes: "No se puede permitir que el Madrid juegue siempre los tres partidos seguidos"
Laporta: "La Copa supondrá un punto de inflexión en el proyecto que encabeza Ivanovic"
Quizá por ello, Joan Laporta insistió tanto en mencionarlo cada vez que le acercaron el micrófono para saber cómo se sentía tras conquistar el primer título de baloncesto desde que preside el Barcelona. "Estoy muy contento por Dusko, por todo su equipo y por los jugadores. Me siento aliviado porque hemos hecho grandes esfuerzos por el baloncesto y, aunque íbamos evolucionando, estábamos deseando el título que ahora ha llegado", dijo el presidente azulgrana, que ya antes del inicio del partido había expresado su apoyo incondicional al técnico montenegrino. "Dusko tiene nuestra confianza, pase lo que pase hoy", había asegurado Laporta, que, ausente el resto del torneo, se desplazó ayer a Málaga para presenciar la final. "Pero es cierto que ganar la Copa supondría un punto de inflexión en el proyecto que encabeza".
Palabras similares había tenido Ramón Calderón al recordar el tiempo que hacía que el Madrid no se alzaba con el título de Copa -fue en 1993, ante el Marbella Joventut-. "La última Copa que ganamos fue hace mucho tiempo, así que nos vendría muy bien ganar ésta, aunque sabemos que será muy difícil", había dicho el presidente del Madrid, que estuvo acompañado en el palco del director deportivo blanco, Pedja Mijatovic. Su deseo no se cumplió y Calderón abandonó el Martín Carpena cabizbajo, tanto como el director deportivo de la sección, Antonio Martín. "El Barça ha jugado un gran partido, lo ha planteado como quería que le iba a ir mejor y así ha sido", dijo Martín, que vio cómo su sobrino, Jan Martín, se sentaba en el banquillo del primer equipo. "El partido no tiene mucha lectura. En el tercer cuarto nos podíamos haber ido al banquillo nueve abajo y nos rematan con un triple. La gente tenía mucha ilusión. Es un palo", añadió Martín, que, por la mañana, había visto cómo el Barça también se imponía al Madrid en la Mini Copa.
Joan Plaza sí encontró una interpretación al mal partido de su equipo. "Hemos salido mal y el primer cuarto ha marcado el partido", sentenció el técnico del Madrid. "El Barça ha jugado bien sus bazas y se merece el triunfo. Es cierto que hemos llegado cansados, pero ellos son justos merecedores de este título. La presión ha pesado en algunos de nuestros jugadores", abundó. Tras reconocer el "partidazo" y la superioridad azulgrana, Felipe Reyes achacó parte de los males madridistas al sistema de competición. "Hay una cosa que no se puede permitir y es que el Real Madrid tenga que jugar siempre los tres partidos seguidos", se quejó. "No es por poner excusas, pero llegamos siempre más cansados".
Mientras tanto, los jugadores del Barça repetían machaconamente la misma cantinela. "Llegábamos como tapados, pero hemos jugado tres partidos excelentes y se ha hecho justicia", señaló Navarro, que conquistaba su tercer título copero. "Estoy en una nube, aún no me lo creo", dijo Jordi Trias, designado como el jugador más valioso de la final (MVP). "No tenía muchos títulos en mi palmarés y la ilusión de jugar una Copa que me ha empujado a hacerlo lo mejor posible. Es el momento más feliz de mi carrera y esto nos va a dar ánimos para seguir así", añadió Trias, que pidió un voto de confianza para Ivanovic. "Es injusto lo que ha pasado él: La afición le ha cargado en exceso las culpas por los resultados. Pero él es el que más trabaja y debe tener un voto de confianza", concluyó el MVP, más contento que unas castañuelas con su primer premio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.