Regalo de Beckham a Capello
El inglés pone a un Madrid tan vulgar como de costumbre en el camino de la victoria sobre la Real Sociedad
Puestos a rectificar, Fabio Capello se bajó del burro hasta el punto de incluir a Beckham en el once titular del Madrid. El inglés le respondió con su mejor regalo: un gol de libre directo y su habitual trabajo gris, su indudable laboriosidad y poco más. No hubo más rectificaciones. El Madrid de Capello sigue siendo un equipo gris que, ante la falta de ideas y de convicción, abusa del pelotazo, juega sin extremos y con el ritmo cansino que le imprimen futbolistas como Emerson, Guti o Raul. A los tres el partido les venía muy largo, tanto que a la Real el campo se le hizo corto, bien manejada por Aranburu y con un Kovacevic que se merendó por alto a los centrales del Madrid.
REAL SOCIEDAD 1 - REAL MADRID 2
Real Sociedad: Bravo; Gerardo, Juanito, Mikel González, Garrido; Elustondo (Estrada, m. 86), Rivas; Xabi Prieto, Aranburu (Herrera, m. 59), Savio; y Kovacevic (Skoubo, m. 59). No utilizados: Riesgo; Labaka, Rekarte y Díaz de Cerio.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Helguera, Torres; Emerson (Diarra, m. 65), Gago; Beckham, Raul (Higuaín, m. 72), Guti (Reyes, m. 80); y Van Nistelrooy. No utilizados: Diego López; Salgado, Robinho y Pavón.
Goles: 1-0. M. 7. Centro de Prieto desde la derecha, despeja fatal Casillas, hacia adentro y Aramburu cabecea a placer. 1-1. M. 37. Beckham , de libre directo. 1-2. Centro de Torres que cabecea Van Nistelrooy anticipándose a Bravo.
Árbitro: Rodríguez Santiago. Amonestó a Cannavaro, Van Nistelrooy, Rivas, Gago, Helguera, Savio y Beckham.
Unos 24.000 espectadores en Anoeta.
Los madridistas, faltos de ideas y de convicción, abusaron del pelotazo contra un rival angustiado
La Real de la angustia, la Real estresada por su penosa clasificación, encontró en el Madrid un aliado singular, incapaz de responder a su velocidad y su empuje. Para colmo de males, al Madrid le falló hasta Casillas, que a los siete minutos abrió ese eterno debate que le persigue en el juego aéreo. Un centro directo de Xabi Prieto le pilló descolocado y, en vez de enviarlo fuera, devolvió el balón al campo para que Aramburu cabeceara a medio metro de la línea. Mala noticia para el Madrid, que quizás presintió una mala noche de su futbolista más regular. No en vano poco después volvió a fallar en un balón cruzado sin peligro. Helguera le consolaba mientras Casillas gesticulaba sus desgracias.
Bravo, el portero de la Real, le consoló con urgencia. Un disparo de Beckham, duro pero previsible, se pasó por delante de sus brazos antes de alojarse en la red.
No era un buen día para los porteros. Curiosamente, en un partido de escasísimas ocasiones que ellos convirtieron en peligrosas o en gol. La Real marcó en la primera que llegó y el Madrid en el único disparo de la primera parte y en el primer remate de la segunda. Otra vez Bravo tuvo algo que ver en el asunto con su tardía salida.
No puede decirse que la Real sea un equipo con suerte. El Madrid más flojo, más lento y más vulgar de los últimos años, le remontó un partido en un par de acciones más propias de la fortuna que de su antigua pegada. Total que, tras una meritoria primera mitad, el conjunto donostiarra se encontraba a poco de comenzar la segunda con una derrota inesperada e injusta.
Así que tocaba la heroica: arrollar al Madrid, meterlo en su campo e intentarlo hasta que el cuerpo aguantase. Lotina cambio panzer por panzer (Kovacevic por Skoubo) para seguir atosigando a un inseguro Cannavaro (al que el árbitro le perdonó la expulsión en la primera mitad) y metió al argentino Herrera a cambio de Aranburu para ganar más futbolistas en el área. El chaparrón comenzó a caer sobre la portería de Casillas, que se rehabilitó salvando un gol con la punta de la bota. Era la Real heroica contra el Madrid agónico mientras lo minutos pesaban en las piernas como en la cabeza de los realistas, agobiados por la amenaza del descenso y sin entender muy bien por qué perdían.
Capello tiró de manual y retiró progresivamente a Emerson, Raúl y Guti, los dos primeros ya agotados y el tercero desafortunadísimo y apático todo el partido. Diarra, Higuaín y Reyes debían frenar el ímpetu de una Real que ya cansada seguía buscando a sus nuevos delanteros desde todas las posiciones. Se estiró un poco el Madrid, no tanto buscando el gol de la tranquilidad como evitando el acoso constante de su rival, que lo intentó de todas las maneras, incluido un piscinazo de Herrera al que no entró el árbitro y una jugada más dudosa de Skoubo, que cayó en el área. Al final, el regalo de Beckham a Capello por su rectificación resultó productivo. No sólo hizo un gol, sino que probablemente fue el jugador más regular del Madrid, el más activo, el más laborioso. Vamos, lo que busca Capello. Y resulta que no lo quería poner. ¿Cosas del fútbol o cosas de Capello?
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