Media Italia, sin fútbol
San Siro encabeza la lista de los 11 estadios en los que se jugará a puerta cerrada
El Ministerio del Interior italiano anunció ayer a los clubes su decisión definitiva: sólo en los estadios de Roma, Génova, Siena, Cagliari, Turín y Palermo habrá público. En los demás, San Siro incluido, se jugará a puerta cerrada. Y dejará de haber partidos nocturnos. Los clubes, que habían amenazado con una huelga, se plegaron finalmente a la decisión gubernamental. "Es injusto, pero no se puede incumplir un decreto", comentó Adriano Galliani, vicepresidente del Milan. Este fin de semana se reanudará la Liga.
No habrá partidos por la noche y la policía teme algaradas en algunas ciudades conflictivas
La casualidad quiso que cinco de los seis estadios legales tuvieran partido en la próxima jornada. Eso podía ayudar a que el nuevo tramo de la Liga arrancara de forma un poco menos traumática. También ayudó a calmar los ánimos, muy encendidos, una declaración de Antonio Manganelli, subdirector de Policía y presidente del Observatorio Nacional de Manifestaciones Deportivas, el órgano que tomó formalmente la decisión del cerrojazo: "Seguiremos de forma continua la evolución de las obras en ciertos estadios, la actual lista no es definitiva y puede modificarse en un futuro próximo", anunció Manganelli.
Los responsables del orden público cruzaban los dedos. Sabían que el cierre no garantizaba la paz. No se esperaban disturbios este fin de semana, con los sucesos de Catania aún muy recientes y con una intensa presión policial sobre los grupos violentos. Pero seguían apareciendo por toda Italia pintadas amenazantes contra la policía y no eran descartables concentraciones de ultras en los alrededores de ciertos estadios especialmente conflictivos. El San Paolo de Nápoles, por ejemplo, representaba un riesgo. Ante la posibilidad de nuevos incidentes, el ministro del Interior, Giuliano Amato, expresó una clara advertencia: "Si me veo obligado a cancelar el fútbol por tiempo indefinido, lo haré sin ninguna duda".
Milan e Inter se consideraron especialmente perjudicados, porque las reformas de San Siro habían sido iniciadas en cuanto lo ordenó, en 2003, el anterior gobierno. Tuvieron que afrontar un recurso ante los tribunales (la propiedad del estadio corresponde al ayuntamiento) y respetar las normas de adjudicación de las obras por concurso público. "No estábamos fuera de la ley antes de esto y no lo estamos ahora", afirmó el milanista Galliani, "hemos hecho todo lo que se nos ha ordenado. Se trata de una profunda injusticia".
Algunos presidentes, como el del Atalanta, propugnaban la huelga. Otros, como el del Nápoles, proclamaron además que la decisión del gobierno era "fascista". A la hora de la verdad, se impuso lo inevitable. Quedó la sensación, en los clubes y entre muchísimos aficionados, de que la competición podía verse falseada nuevamente. En temporadas anteriores, Luciano Moggi manipuló los arbitrajes en favor del Juventus. En la segunda vuelta de la temporada actual, los equipos que jueguen con público contarán con una clara ventaja sobre quienes jueguen en el silencio abrumador de un estadio vacío.
También los jugadores se declararon desolados por la decisión. "La asociación de futbolistas debería estudiar la posibilidad de una huelga", comentó Cristiano Lucarelli, capitán del Livorno. "Quizá habría sido mejor suspender la competición por más jornadas y dar tiempo a hacer reformas en los estadios, porque jugar sin público es espantoso", dijo a su vez Alberto Gilardino, delantero del Milan.
La inquietud se extendía, lógicamente, a las compañías de televisión que habían comprado los derechos de retransmisión. La principal damnificada era Sky, de Rupert Murdoch. "Tendremos que pensar cómo solucionamos la imagen de las gradas vacías, que resulta deprimente, y buscar alternativas a los partidos que se jugaban el sábado y el domingo por la noche; sea como sea, esto nos hará daño, pero de momento no tiene remedio", indicó un portavoz de Sky.
El cierre de estadios no sólo afectaba las competiciones italianas. Inter y Milan vieron reducidas sus posibilidades en Liga de Campeones por la falta de apoyo en los encuentros caseros, y estudiaban anoche la posibilidad de desplazar al extranjero sus próximos compromisos internacionales. Varios estadios en Suiza, Francia e Inglaterra figuraban entre las alternativas.
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