_
_
_
_
_
Reportaje:Balonmano | Campeonato del Mundo

"Nos defendimos mal y lo pagamos"

El seleccionador, Juan Carlos Pastor, y sus jugadores aceptan que estuvieron muy por debajo de lo esperado

El oro de Túnez permanecerá enmarcado en la cabeza de los jugadores como una hazaña difícilmente repetible. La selección española de balonmano cuadró un ciclo excelente conquistando el Mundial de 2005 y logrando la medalla de plata en el Europeo de Suiza en 2006. Pero los esquemas tácticos de Juan Carlos Pastor, el técnico del milagro, fueron estudiados a fondo por los rivales y algunos de ellos incluso copiados. En el Mundial de Alemania, cualquier movimiento de Chema Rodríguez, el central, estaba previsto. Y todos los adversarios tenían claro que ante España había que defender en 6-0 y con mucha potencia en el centro para evitar que el pivote, Rolando Uríos, recibiera balones. Lo que ya no era tan previsible era que España se defendiera a un nivel tan pobre. Ahí estuvo su verdadera condena. El resultado fue una séptima posición, que no satisfizo a nadie, tras el deplorable espectáculo arbitral que sufrió ante Alemania en los cuartos de final. El peor resultado desde el Mundial de Japón en 1997 -también séptimos- y mejor que el 11º puesto en Islandia en 1995. Sin embargo, hubo un aspecto positivo: el equipo se mantuvo siempre muy unido y eso permitió salvar los muebles logrando la última plaza para el torneo preolímpico clasificatorio para Pekín 2008.

"Defenderse no es pegar. Pero, si es lo que quieren, también podemos hacerlo", avisa el técnico

- El problema arbitral. Las quejas contra los árbitros no partieron sólo de España. Francia, que perdió su semifinal ante Alemania tras anulársele un gol legal y no concederle un penalti en los últimos segundos, también les criticó. En el partido de Alemania ante España los errores fueron de bulto. "Lo primero que cambiaría de este Mundial son los árbitros de ese partido", dice el pivote Juancho; "nos perjudicaron, rompieron nuestra evolución y nos sentenciaron". El portero Barrufet agrega: "Fue el mayor robo que he sufrido". Y Pastor añade: "No hemos dado lo mejor de nosotros. Pero tal vez lo habríamos logrado si nos hubieran permitido ganar a Alemania". El problema arbitral no concluye ahí. La prensa noruega ya anuncia que el año que viene su país será campeón en el Europeo que organiza. Y todos se echan las manos a la cabeza pensando en lo que puede ocurrir en el Mundial de Croacia, en 2009, donde la presión se nota cuando comienzan a caer objetos a la pista.

- La defensa. Sin embargo, el problema arbitral no puede tapar los problemas reales del equipo español. Uno de ellos fue la pobre defensa realizada en la mayoría de los partidos. "Sólo conseguimos defendernos bien de forma puntual", reconoce Pastor; "pero me pregunto: ¿cuántos de nuestros jugadores están defendiendo en sus equipos en los partidos importantes? La mayoría son más atacantes que defensores. Y cuando las cosas no van bien se pierde confianza en el compañero tanto en la defensa como en el ataque". Barrufet, insiste: "Hubo algunos momentos en que ni Hombrados ni yo podíamos hacer nada". Y Juancho remacha: "Recuperamos pocos balones y nos quedamos sin contraataque. Hay que mejorar mucho ahí si queremos aspirar a ganar medallas".

- La dependencia de Uríos. Todos los esquemas tácticos del ataque español concluyen con un pase al pivote. Uríos tuvo una eficacia del 81% y marcó 42 goles, sólo superado por Juanín e Iker Romero. Hay que buscar otras soluciones frente a defensas muy cerradas. "Es cierto que lo utilizamos mucho", dice Pastor; "es el mejor y sería un error garrafal no hacerlo. Pero creo que hay otras soluciones en el ataque. El problema fue que esta vez las cosas salieron mal, se perdió la confianza en el compañero y cada cual quiso resolver por su cuenta. Buscando al pivote o lanzando en malas condiciones, perdimos muchos balones y el contraataque rival nos hundió".

- Falta de tiro exterior. Hay una gran descompensación en la primera línea por la falta de jugadores zurdos. Pastor jugó muchas veces sólo con diestros. La falta de tiro exterior se notó especialmente ante defensas cerradas, como la de Dinamarca, que anularon al pivote. No necesitaban abrirse porque no había lanzamiento desde los 9 metros. La eficacia de los lanzadores españoles fue la más baja de los equipos de élite: un 37% en los 9 metros: 69 goles de 189 intentos. Ridículo comparado con los 129 goles de Polonia, los 110 de Francia, los 105 de Islandia o los 96 de Alemania. "Tenemos buenos lanzadores", argumenta Garralda; "pero el sistema de Pastor propicia que entremos hasta los seis, siete u ocho metros para evitar errores".

- El sistema de Pastor. "Cuando jugamos como él quiere, nos convertimos en un equipo muy difícil de batir", afirma Garralda; "pero en Alemania no lo hemos logrado". No hay ni un jugador crítico con su entrenador. Todos le califican como el mejor que han tenido. "Sabe exactamente lo que quiere de cada uno de nosotros. Y, cuando te dice algo, lo ves clarísimo. Sus conceptos tácticos y técnicos son increíbles", insiste Garralda. "He sentido que no tenía confianza en mí en ocasiones, pero es cierto que los demás laterales estuvieron mejor que yo", reconoce el propio Lozano. "Para mí", agrega Barrufet, "no hay que tocar nada. El grupo ha funcionado perfecto, muy unido, y Pastor lo ha llevado de forma excelente. Es un gran técnico y creo que este grupo debe concluir el ciclo hasta los Juegos Olímpicos de Pekín".

- La aplicación del reglamento. Es un aspecto que debe revisarse. Los árbitros han favorecido a Alemania en las exclusiones, en los pasivos, en la permisividad defensiva. "Sin embargo, lo más grave es que en cada campeonato cambian los criterios arbitrales", afirma Pastor; "después del Europeo de Eslovenia, en 2004, donde las defensas habían sido brutales, en Atenas y Túnez no se podía pegar, agarrar ni ir al cuello. Todo eso era sancionado con exclusiones. Aquí, en cambio, ha valido todo. ¿Qué balonmano queremos? ¿Más técnico, permitiendo que el pivote pueda jugar, o más físico y brutal? Defenderse no es pegar. Pero, si es lo que quieren, nosotros también podemos hacerlo".

Juan Carlos Pastor, en actitud expresiva.
Juan Carlos Pastor, en actitud expresiva.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_