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Cabezas deja la alcaldía de Ourense mientras el PP arropa a su sucesor

Un afín a Baltar, Enrique Nóvoa, asume el cargo antes de las elecciones

El PP ourensano culminó ayer las maniobras para separar a Manuel Cabezas de la alcaldía de Ourense después de 12 años en el ejercicio, un divorcio aireado con su presidente provincial, José Luis Baltar, y a cuatro meses vista de las elecciones municipales. Su bastón lo recogió el número cinco de la lista en los pasados comicios, concejal de Urbanismo y Medio Ambiente y candidato a la alcaldía el próximo mayo, Enrique Nóvoa, a quien se le atribuye gran influencia sobre los votos del rural de la capital ourensana. El traspaso de poderes se escenificó ante un salón de sesiones atestado de claque del nuevo regidor, un apoyo que contrastó con la soledad de Cabezas. La oposición dejó constancia de su malestar por "lo inoportuno" del momento para la sucesión y votó en blanco. Baltar no se inmutó.

A lo largo de toda la mañana, en dos plenos consecutivos, el PP escenificó el recambio político con que cuenta para la ciudad. Agotado el modelo urbanita de Cabezas, tras sus desavenencias con el presidente provincial, y fracasadas otras tentativas de candidato, Baltar ha apostado por un hombre de trato sencillo, procedente del rural de la ciudad.

Los dos modelos -personales y políticos- quedaron definidos en los respectivos plenos. En el primero, Cabezas pronunció ante la corporación y un público integrado por apenas un puñado de espectadores (su mujer, su padre, el presidente de la federación vecinal y pocos más) un discurso de despedida con un agradecimiento general en el que obvió referirse a las zancadillas internas a las que ha hecho frente personal y judicialmente. Un escueto aplauso acogió sus buenas intenciones. El regidor saliente calificó su abandono como un ejercicio de higiene democrática "previsto desde hace ya bastante tiempo".

Consumada la renuncia a la alcaldía, y tras un receso de unos minutos, el concejal Cabezas ocupó escaño entre su grupo mientras el salón de sesiones se abarrotaba de público afín al nuevo regidor para asistir a la ceremonia del traspaso de poderes, oficiada por el primer teniente de alcalde, José Luis Rodríguez Cid. El pleno de toma de posesión de Enrique Nóvoa estuvo trufado de polémica. Los portavoces de la oposición coincidieron en reprochar al PP lo inoportuno del momento para elegir alcalde (a cuatro meses de los comicios) y se preguntaron el porqué de este hecho, del abandono de Cabezas y de la renuncia de los tres ediles que precedían en la lista a Nóvoa.

El PP no contestó a estas cuestiones, pero el público abucheó cada una de ellas, especialmente la alusión del portavoz socialista al nuevo regidor. "Todos somos hijos de nuestros hechos, y usted lo es, por tanto, de su gestión urbanística en la ciudad", lo amonestó el socialista Francisco Rodríguez para anunciar su voto en blanco. El portavoz del BNG, Alexandre Sánchez Vidal, justificó el voto en blanco de su grupo por considerar electoralista la decisión. "Al alcalde lo eligen los ciudadanos y no un relevo en clave interesada de partido", dijo. Nóvoa hizo una sutil alusión a Baltar, a quien agradeció su apoyo y confianza para asumir su nueva responsabilidad, "en la que", matizó, "no voy solo".

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