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Reportaje:Baloncesto | ACB

Manos rápidas, piernas explosivas

Los expertos creen que Ricky Rubio, de 16 años, es el mejor recuperador por su talento innato

"¿Es Ricky Rubio el mejor defensor de la ACB?", se pregunta un aficionado, estadística en mano, mientras observa al muchacho batirse una tarde más con la camiseta del DKV Joventut. "Sus números dicen que ha recuperado 43 balones en 18 partidos, que lidera este apartado con una media de casi tres, pero tiene sólo 16 años...", prosigue, un tanto pasmado. La pregunta no se la hace él solo. Con su asombrosa precocidad, Ricky Rubio ha puesto al mundillo del baloncesto a pensar y, de paso, a sacar algunas conclusiones sobre sus destacadas cualidades defensivas, pues en la Euroliga, con 38 robos en 10 partidos, también lidera esta estadística y supera a jugadores tan veteranos como el base del TAU Pablo Prigioni.

Buscató: "Su habilidad, rapidez y envergadura le permiten llegar a donde otros no pueden"
"Lo hace todo un segundo antes que el resto", dice el seleccionador cadete

"Sin duda, Ricky tiene carácter defensivo y unas virtudes encomiables", asegura Nino Buscató, ex base del Barça y de la Penya. "Su habilidad, rapidez de manos y gran envergadura le permiten robar muchos balones y coger rebotes porque llega adonde otros no pueden", añade. Con un 1,90 de estatura, los brazos de Rubio se prolongan hasta los 2,07 metros, un radio de acción demasiado grande para la mayoría de jugadores que ocupan su posición. "Ricky posee además un par de cualidades que le convierten en un excelente recuperador: tiene unas piernas tremendamente explosivas y, lo más importante, una enorme capacidad de anticipación", señala el seleccionador cadete, Jota Cuspinera. "Tengo la sensación de que Ricky vive en un constante déjà vu: lo hace todo un segundo antes que el resto, intuye lo que hará el ataque y eso le permite anticiparse", abunda Cuspinera, para quien esta cualidad es producto de su "talento natural". "Muchas veces, cuando lo veo, me digo: 'esto no se lo puede haber enseñado nadie, esto lo trae'. En muchas cosas, hemos aprendido más los entrenadores de él que él de nosotros", asegura.

"El juego de la Penya, rápido y con defensas muy presionantes también le beneficia", apunta Marcel Roca, el técnico de la Penya que siguió sus evoluciones el curso pasado. "Y el salto de madurez que dio tras quedarse fuera de la Copa del Rey y de la final de la ULEB. Eso le hizo reflexionar y centrarse: era un gran recuperador, pero no un buen defensor, los rivales le superaban fácilmente".

Sobre este aspecto, existe unanimidad: siguiendo los cánones tradicionales, los expertos no consideran a Rubio un gran defensor. En esa categoría, aparecen jugadores tan curtidos como Carlos Jiménez, Rodrigo de la Fuente o Pablo Prigioni, habituales en las listas de mejor defensor del año de las revistas especializadas. "Mientras que Carlos Jiménez parece estar en todos los sitios, a Ricky le cuesta defender sin balón y tiene problemas en el choque de los bloqueos directos para impedir el tiro del rival", señala Cuspinera.

"En defensa, la experiencia es un grado, no es sólo el uno contra uno, sino que hay que saber defender en equipo, cuándo ayudar a los exteriores o a los interiores, cómo colocarse o cuándo desgastarse más", añade el seleccionador español, Pepu Hernández. "Para Ricky cada partido es una ocasión de adquirir conocimientos hasta que logre tener su táctica individual de defensa. Para eso, hay que tener corazón y él lo tiene", concluye Pepu. El ex base del Barça, Nacho Solozábal coincide: "La defensa es técnica y táctica de equipo, pero, sobre todo, ganas de estar pendiente de todo y Ricky las tiene. Ésa es su principal virtud: que sale siempre a la pista a trabajar".

Pese a no cumplir con los cánones del defensor tradicional - "A Ricky no lo puedes meter en el mismo saco que a todos porque pierde su singularidad", asevera Cuspinera-, Rubio destaca en otro aspecto: logra robar muchos balones sin apenas cometer faltas personales. ¿Cómo se explica? "En mi opinión", dice el seleccionador cadete, "es también producto de su explosividad: su primer paso en defensa y en ataque es muy rápido, se pone de cero a cien enseguida". "Eso, unido a su capacidad de anticipación y a su envergadura, que le permite llegar más lejos con menor desplazamiento, disminuye el riesgo de cometer faltas".

Su juventud y las enormes cualidades que atesora -"él trae algo innato, es como partir de 100 para llegar a 105, mientras que con otros partes de cero", apunta Cuspinera- hacen pensar en un futuro dorado para Ricky Rubio, a la que mejore su tiro exterior. "Es el siguiente salto de calidad que tiene que dar", afirma Roca.

Ricky Rubio, preparándose para lanzar un tiro libre.
Ricky Rubio, preparándose para lanzar un tiro libre.DIARIO AS

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