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Entrevista:SERENA WILLIAMS | Finalista y ex 'número uno' mundial | Tenis Open de Australia

"No hay límites para mi locura"

Serena Williams (Estados Unidos, 1981) se enfrentó esta madrugada a María Sharapova en la final femenina del Open de tenis de Australia. Nadie, excepto ella misma, la imaginaba jugando ese partido antes del torneo, al que acudió como la 81ª del mundo. La ex número uno, que considera "ridículo" y "ofensivo" que se haya acusado a uno de sus acompañantes de cegar con el reflejo del sol en su reloj a sus rivales, recibe a EL PAÍS en un jardín, con el club vacío tan temprano, y recuerda su juicio, su depresión y la soledad que sintió tras su lesión de rodilla.

Pregunta. ¿Se esperaba ser finalista recién salida de una lesión?

Respuesta. Siempre espero que me ocurra lo mejor. Y también, lo mejor de mí. Nunca pienso en perder. Ni aunque me toque jugar contra una de las mejores. Me preocupo de cada cosa a su tiempo.

"Cuando estaba lesionada, pensaba: 'Podría ganar a ésa. A la otra la he ganado tantas veces...'. Intenté no ver muchos partidos. Era frustrante"
"Mi viaje a África le dio un nuevo significado a mi vida. Ver lo que nuestra gente está pasando y lo que ha tenido que pasar me inspiró. Fue un 'shock"
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P. Habrá sido emocionante.

R. Sí, ha sido una montaña rusa emocional. Soy una jugadora sensible. Llevo las emociones a flor de piel. Ésa es la persona que siempre he sido. No sé... Así soy.

P. ¿Qué le inspiró realizar el esfuerzo de volver al tenis?

R. Mi viaje a África. Le dio un nuevo significado a mi vida. Ver lo que nuestra gente está pasando y lo que ha tenido que pasar me inspiró. Me dio un bajón y, mentalmente, hizo un trabajo increíble en mí. Fue un shock ver las diferencias. De repente, encontré a gente con problemas y que, aun así, era feliz. Una experiencia vital definitiva.

P. Después se puso en manos de su madre. ¿Cómo es ser entrenada por ella?

R. Duro. Mi madre es muy dura. Siempre está concentrada. Después de las semifinales me dijo: "No has hecho esto ni eso". Siempre lo hace. Incluso cuando yo sé que lo he hecho bien. Sabe de lo que habla y me conoce. Por eso la tengo a mi lado.

P. María Sharapova, Lindsay Davenport y Justine Henin han dominado sin usted. ¿Qué pensaba al no poder competir con ellas?

R. Que quería volver. Pensaba: "Podría ganar a ésa. A la otra la he ganado tantas veces...". Intenté no ver mucho tenis porque me era difícil no estar ahí. Pensaba: "Podría ganar". Frustrante.

P. Durante su ausencia guardó silencio. ¿Qué pasó en su vida?

R. Muchas cosas. No sé... Realmente, no estoy preparada para hablar de eso. Por ejemplo, estar de juicio [sobre la potestad o no de su padre para firmar contratos en su nombre] durante siete semanas seguidas desde las nueve de la mañana hasta las cinco o las siete de la tarde... Me levantaba pronto y me iba a correr. Luego, de noche, me entrenaba en la oscuridad. Hice eso todos los días mientras buscaba meter de alguna manera el trabajo de gimnasio en medio de esas cosas. También soy una persona muy espiritual. Así que tenía que ir a las reuniones de mi parroquia. Fue duro. ¡Vamos!, es difícil sentarse bajo los focos y ver cómo la gente miente sobre ti. Y lo he sufrido durante años.

P. ¿Es muy duro no controlar lo que la gente escribe de usted?

R. Sí. La gente escribía artículos sobre mí... Ha sido una locura. Una experiencia muy dura.

P. ¿Desaparecieron los amigos y los periodistas cuando dejó de ser la número uno?

R. Sí. Es jorobado. Estás bajo los focos y, de repente, ya no tienes nada, ya no eres interesante. Cuando jugaba un torneo, solía tener mucha atención de los medios de comunicación. Luego, ya no. Fue algo interesante de ver. Como un camino por la brisa.

P. ¿Cómo le recibieron las compañeras a su vuelta?

R. Me di cuenta de que nada ha cambiado. La chica que me eliminó en el torneo de Hobart perdió en la siguiente ronda por 6-0 y 6-1. Eso no tiene sentido. No hay nada saludable detrás: "¿Cómo me ganas y luego pierdes tan fácilmente con alguien que yo ganaría?". Esa gente, obviamente, me sigue viendo como una de las mejores, no importa lo que haya pasado. Van a venir a por mí sin importar cómo. Tengo que estar preparada para eso. También fue: "¡Uaaoohh, quieren ganarme tanto como lo querían antes!".

P. Con eso en contra y sin estar en su mejor forma, ha llegado a la final de Melbourne. ¿Cuáles son sus límites?

R. Nunca hay límites para mí. No hay límites para mi locura. Siempre puedo mejorar. No hay máximos. Nunca he llegado a estar al ciento por ciento.

P. Ya está en el camino de jugar a finales de año el Sony Ericsson Championships, el torneo de las maestras, en Madrid.

R. Estoy emocionada por eso. Nunca he estado en Madrid. Espero clasificarme.

P. Así que su arma más importante es la fortaleza mental.

R. Sí, es la parte principal de mi juego. Pero solía ser mucho mejor. Espero volver a ese nivel.

P. ¿Le molesta que digan que todo en usted depende del físico?

R. Cuando era la número uno, ni siquiera golpeaba la bola tan fuerte. Solía moverla alrededor, correr, no llegaba a todas... No tiene nada que ver con golpear fuerte. Supongo que otra gente lo ve distinto. ¿Quién sabe? Ahora estoy mucho en el fondo de la pista. Tengo que subir a la red.

P. ¿Hay espacio en el circuito para jugadoras sin su potencia?

R. Sí. Martina Hinguis es un gran ejemplo. No es la más fuerte, pero mentalmente es dura. Sabe cómo jugar. Es inteligente.

P. Finalista en Australia. ¿Porque es una gran tenista o porque el tour es poco competitivo?

R. Siempre hay separación entre Michael Jordan y el resto.

P. ¿Quiere decir que es la Michael Jordan del tenis?

R. No me puedo comparar con él, pero sí que me encantaría ser como él algún día.

Serena Williams.
Serena Williams.EFE

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