La semana grande de Díaz Pardo
La Universidad de A Coruña homenajea al intelectual galleguista fundador de Sargadelos
Isaac Díaz Pardo (Santiago de Compostela, 1920) nunca ha sido demasiado amigo de homenajes, aunque desde el Pedrón de Ouro que le concedieron en 1976 no han dejado de lloverle premios y distinciones. Esta semana, sin embargo, está siendo dura. Todas y cada una de sus facetas -que son muchas, aunque él en los últimos tiempos se acostumbre a definir como "soplagaitas"- están siendo objeto de revisión multitudinaria y cariñosa, como preparación a la concesión del grado de doctor honoris causa por la Universidad de A Coruña que recibirá el prñoximo viernes.
"Yo voy a donde me mandan y no pido nada", señalaba ayer Díaz Pardo en el Rectorado, que reconocía que la semana de homenajes era "una especie de desagravio" del mundo intelectual por su destitución de las empresas Sargadelos y Cerámicas do Castro, que contribuyó a fundar.
"Yo voy a donde me mandan y no pido nada", señalaba ayer Díaz Pardo
El programa comenzó el pasado lunes en el Paraninfo con Memoria Viva, la reivindicación de la trayectoria vital de Díaz Pardo, con la participación de su mujer, Carmen Arias Mimina; sus hijos Xosé y Camilo; Avelino Pousa Antelo, compañero de militancia galleguista de Camilo Díaz Baliño, padre de Isaac, y Xosé Neira Vilas, el escritor emigrado cuya vida se trenzó en varias épocas y en distintos países con la del homenajeado. Ayer fue el turno de A construción cultural, el reconocimiento a la labor cultural del escritor que prefirió editar a los demás y del pintor que abandonó la pintura por un extraño respeto a los artistas que lo precedieron y centró su creatividad en las artes aplicadas.
La excusa era la entrega del galardón Os bos e xenerosos por parte de la Asociación de Escritores en Lingua Galega a alguien que el presentador, el músico y escritor Xurxo Souto, definió como "un poeta de la verdad, un enxarmante, un demiurgo. Alguien que, como dijo su compañero Luis Seoane, enriqueció el mundo con la diversidad". La poeta Luz Pozo Garza recordó la adolescencia común, "en aquellos tiempos que eran como un cuento de miedo" y también las heridas comunes, "hechos implacables que no prescriben nunca".
Marilar Aleixandre, que antes de escritora fue una científica acogida en las instalaciones de Laboratorio Xeolóxico patrocinado por Díaz Pardo, lo comparó con un hacedor de puentes, "que en el último tramo, a falta de tablas o ladrillos, extendió su cuerpo e hizo de él un puente".
Poetas y escritores como Yolanda Castaño, Marica Campo, Cesáreo Sánchez, Henrique Rabuñal, Manuel Rivas y Xavier Seoane, hombres de teatro como Manuel Lourenzo, pintores como Antón Patiño ("Isaac siguió la lúcida consigna de Uxío Novoneyra: guardar, inventar, transmitir") y músicos como Miro Casabella, Julián Pérez y Maite Bárbara subieron sucesivamente al escenario para rendir homenaje a quien, según una de las intervenciones, "es el testimonio de que vale la pena luchar por los ideales".
Hoy, Díaz Pardo volverá a Ferrol, donde nació su padre, asesinado en 1936, para presidir a las siete de la tarde una ofrenda floral ante la estatua erigida en su memoria en el Cantón de Molíns.
Una hora más tarde está previsto en el salón de actos del campus un acto recordatorio de esas raíces, en el que intervendrán, entre otros, el dibujante Siro, la poeta Eva Veiga y el cantante Xoán Rubia.
Mañana jueves, en la Facultad de Económicas de A Coruña se analizará la faceta empresarial de uno de los pilares del grupo de sociedades nucleado por Cerámicas do Castro y Sargadelos. Bajo el título Empresas para un país están convocados el director xeral de Industria, Anxo Calvo; el directivo de Pescanova Alfonso Paz- Andrade; Andrés Varela, de Sargadelos, y el director general de Editorial Galaxia, Víctor Freixanes.
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