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Reportaje:Ciclismo

Tercera refundación del Euskadi

Samuel Sánchez e Igor Anton encabezan el proyecto de Igor González de Galdeano

Carlos Arribas

Para los ciclistas, el pionero, Txomin Perurena, el primer director del equipo, mediados los años 90, podría pasar como un padrazo; Julián Gorospe, el segundo, el que vivió a comienzos de este siglo la época más triunfal, como un colega; evidentemente, a Igor González de Galdeano, corredor en los primeros tiempos y ahora primer director o mánager, como se dice hoy, siempre a la perenne sombra del padre fundador, Miguel Madariaga, nadie le consideraría ni una cosa ni otra.

Quizá por eso será él quien conduzca, a partir de esta temporada, la tercera refundación del Euskadi, un equipo que, simbólicamente, no contará ni con el venerable Roberto Laiseka, el único que permanecía desde 1994, el primer año, ni con el volcánico Iban Mayo, que con sus victorias sobre Lance Armstrong en 2003 y 2004 lideró la edad de oro del conjunto y la frustración posterior.

De la concentración del Euskaltel-Euskadi en Alfàs del Pi, núcleo turístico encajonado entre la imponente roca del Puig Campana y las terribles torres de Benidorm, llegan historias sorprendentes de rigor y disciplina, surgidas de la propia historia, disciplina y sacrificio, de González de Galdeano, un tocho de 82 kilos cuando corría en el Euskadi que fue capaz de bajar 10 de golpe cuando pasó al Vitalicio y mantenerse en el mismo peso; historias que hablan de desayunos y cenas espartanas; de renuncia; de control, como la obligación de pesarse a diario y mostrar que no sólo no se engorda, sino que se adelgaza, proceso que quienes han pecado intentan resolver aguantándose las ganas de orinar el primer día para tener más margen de mejora; historias que hablan de supeditar el brillo individual al del conjunto, cuyos líderes no sueñan con el Tour. Historias que harían pensar en una visión extrema del oficio, en la implacabilidad de la doctrina privada de la poesía del mito.

La poesía, el mito, lo ponen los corredores. "Por supuesto que se nota que Igor es de la escuela de Javier Mínguez y Manolo Saiz", dice Samuel Sánchez, el rostro más reconocible del grupo de 2007, en el que Haimar Zubeldia ha elegido la discreción y empiezan a sobresalir jóvenes brillantes, como el escalador Igor Anton, quien, tras ganar una etapa en la última Vuelta, tiene un lema: "Nunca olvidar cómo era antes de esa victoria".

"Igor ha impuesto disciplina de horarios y ha organizado grupos de entrenamiento. A mí me parece fenomenal, sobre todo para los jóvenes", añade Sánchez, de 28 años. Un corredor que nunca ha tenido problemas de autoestima, pero que, curiosamente, sufre un pequeño ataque de timidez ahora que, tras su espléndido final de la temporada pasada, con victorias en la Vuelta y la Clásica de Zúrich y protagonismo en el Mundial, podría reclamar el papel de líder. "Pero me da miedo hablar de estatus dentro del conjunto", dice para reclamar su pedazo de individualidad; "soy un autodidacta que he tenido que aprender a sobrevivir solo desde que murió mi madre".

Famoso por sus descensos, por su habilidad, por su cabezonería, Sánchez se entrena en Asturias con Rubiera, Noval, Nozal, Santi Pérez, Barredo, Redondo..., pero, llegado a casa, se acaba el sentimiento grupal. "Yo me preparo mis entrenamientos, me vuelco en el ordenador todos los datos: frecuencia cardiaca, kilómetraje, vatios..., todo. Y me encanta hacerlo, pero el día que no me ilusione, que me aburra, lo dejaré", explica. "Todo tiene su sentido. Soy versátil. Valgo para clásicas y vueltas. La clave es cómo me organizo. Hasta abril me preparo para las clásicas y desde junio cambio el ciclo. Entre medias, en Tenerife, 10 días de renuncia a la bicicleta. Y en julio ni me siento a ver el Tour por la tele. Desconexión. Las dos veces que fui al Tour salí con el rabo entre las piernas. Exige que se sacrifique todo por él. Eso no me lo puedo permitir".

Samuel Sánchez gana una etapa en la pasada Vuelta.
Samuel Sánchez gana una etapa en la pasada Vuelta.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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