_
_
_
_
Crónica:Fútbol | 19ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Mínimo juego, máxima eficacia

El Barcelona alcanza el liderato después de golear al colista en un encuentro plomizo en el Camp Nou

Àngels Piñol

El Barça recuperó el liderato el día que quizás ofreció su peor juego en mucho tiempo, castigado por la grada con intermitentes silbidos. Desdibujado y casi irreconocible, el campeón de invierno tuvo dos virtudes básicas en época de vacas flacas: ser una roca en defensa y gozar de una eficacia total ante puerta. Tocado por los dioses, Saviola continuó con su estelar racha y sumó su séptimo gol consecutivo que sirvió para abrir el partido. Pero esta vez ya no fue el único goleador. Rijkaard, en una decisión discutida por el público, le retiró a la hora de partido por Gudjohnsen y respiró tranquilo porque un minuto después, tras una acción del nórdico, Giuly metió el segundo. Y el pequeño Iniesta, tras una jugada de amor propio de Ronaldinho, anotó el tercero. El Nàstic, colista, no mereció una goleada así porque tuteó al Barça. Pero cometió un pecado capital que arrastra como una losa toda la temporada: ser negado de cara al gol.

BARCELONA 3 - NÀSTIC 0

Barcelona: Víctor Valdés; Oleguer, Thuram (Márquez, m.81), Puyol, Zambrotta; Xavi, Edmilson, Deco (Iniesta, m. 57); Giuly, Saviola (Gudjohnsen, m. 64) y Ronaldinho. No utilizados: Jorquera, Belletti, Gio y Motta.

Nàstic: Bizzarri; Calvo, Navas, Matellán, Mingo; Cuéllar (Campano, m. 64), Generelo (Merino, m. 57), Morales, Buades, Juan Díaz (Pinilla, m. 64); y Portillo. No utilizados: Álvaro, Llera, David García y Ruben Castro

Goles: 1-0. M.17. Iván Diaz rechaza de cabeza, Oleguer remata en semifallo, Saviola controla el balón con la derecha, de espaldas a la portería, se da media vuelta y remata con la zurda. 2-0. M.67. Ronaldinho centra desde la derecha, Gudjohnsen cabecea en el segundo palo, Matellán rechaza al larguero, Giuly remata en semifallo y la pelota entra en la portería después de dar en Navas. 3-0. M. 80. Iniesta aprovecha un rechace de Biurrun después de una jugada de Ronaldinho y Gudjohnsen.

Árbitro: Rubinos Pérez. Mostró la tarjeta amarilla a Mingo, Deco y Portillo.

Camp Nou: 74.343 espectadores.

El resultado maquillará el partido, pero el equipo azulgrana atraviesa una profunda crisis
Una parte del público pitó a Rijkaard por sustituir a Saviola, autor del primer gol
Más información
Caras nuevas, viejos problemas

El resultado maquillará el partido pero la realidad es que el Barça atraviesa una profunda crisis de juego. Le salvó la pegada, el aire de Iniesta en la segunda parte y el pundonor final, sobretodo de Ronaldinho, que participó en los dos últimos goles e intentó un chut desde el medio del campo al ver adelantado a Bizzarri. Pero durante largo rato fue un equipo irreconocible. El Nàstic le discutió la pelota que quemaba a pies del Barça. No funcionó la línea de medios porque el centro del campo de Flores se encargó de ahogar a Xavi y Deco, lejos de su mejor forma, y la delantera fue un solar. A Ronaldinho le sobra talento para dar un pase magistral o marcar un gol de falta aunque esté en horas muy bajas. Pero ahora, lejos de ser el alma del equipo, es una sombra de sí mismo. Giuly corrigió su partido con un gol que eclipsó su empeño en driblar hacia el área en lugar de abrir el campo hacia el banderín de córner. Entre tanto desaguisado, la zaga, que había encajado cinco tantos en dos días, estuvo impecable. Rijkaard la cambió de arriba abajo al sentar a Márquez y recuperar a Thuram y Zambrotta, una vez superadas sus lesiones. Y Oleguer fue uno de los mejores.

Tan paupérrimo fue el juego azulgrana que tardó 16 minutos en chutar. Curiosamente, el mismo tiempo que invirtió Saviola en tocar el primer balón. En estado de gracia permanente, el pibito parece haberse disfrazado de Rey Midas para jactarse ante todos los que en el club no confían en él. Llevado en volandas por la grada, dio otra prueba de su extraordinaria confianza: el gaúcho centró, Juan Díaz despejó de pena, Oleguer chutó peor y allí estaba él para recoger el rechace, dar media vuelta con rapidez y dejar tieso a Bizarri. No sólo eso. El Barça sólo se volvió a crear peligro dos veces más y allí estuvo Saviola: fue suyo un cabezazo al palo y una asistencia a Giuly, que reclamó penalti por derribo de Mingo.

El gol pudo hundir al Nàstic, pero no fue así. Bien colocado, concentrado, sin nada que perder tras tanta desilusión, el equipo grana no perdió la compostura y siempre pareció mejor puesto que el Barça. Le faltó, eso sí, algo endémico: su relación con el gol. No se vio a Portillo y sus únicas aproximaciones al área fueron un chut lejano de Abel Buades y otro de Mingo. Quizá por eso quedó aún más retratada la raquitez del juego azulgrana. El partido seguía en la nada hasta el punto que Puyol se aburría e intentó tirar al equipo hacia delante. Rijkaard tenía que dar un punto de inflexión al partido y recurrió a Iniesta para dar luz al centro de campo en lugar de un apagado Deco. Y su presencia se notó. Fue justo cuando Ronaldinho dio un pase y empezó dos jugadas de gol. La primera la intentó culminar Oleguer pero Bizarri despejó y Giuly envió fuera. Y, la segunda, llegó precedida de una jugada que demostró que Rijkaard, como Cruyff, también tiene una flor.

El técnico retiró a Saviola por Gudjohnsen y parte de la grada le replicó con silbidos. Pero su rueda de cambios fue impecable. Perdida la titularidad, Gudy imitó a Saviola y la primera pelota que tocó fue medio gol. Tras recibir de Ronaldinho, chutó, la defensa grana despejó al travesaño y el francés, esta vez, no falló. El gol mataba dos pájaros de un tiro: cerraba el partido y confirmaba el liderato del Barça. Pero ni así la grada evitó los abucheos. Picado en su orgullo, Ronaldinho barrió al final el frontal de área y la pelota quedó a pies de Iniesta, que metió el tercero. Y así recuperó el Barça el liderato, con esfuerzo, sudor y poca alegrías y con un Nàstic convencido de que no mereció tanto gol.

Ronaldinho eleva a Saviola tras el tanto del argentino.
Ronaldinho eleva a Saviola tras el tanto del argentino.VICENS GIMÉNEZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_