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3.000 guardias civiles de uniforme claman en Madrid por la desmilitarización del cuerpo

La Asociación Unificada exige al Gobierno la equiparación en derechos al resto de policías

Jorge A. Rodríguez

Tres mil guardias civiles de uniforme pero desarmados exigieron ayer al Gobierno que cumpla sus promesas y reclamaron la desmilitarización del cuerpo. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la mayoritaria en ese cuerpo, convocó en Madrid esta protesta histórica, dado que es la primera vez en democracia que agentes del instituto armado reclaman derechos y libertades. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que el nuevo régimen disciplinario y el estatuto de derechos y libertades del cuerpo se aprobarán antes de 2008.

La Plaza Mayor de Madrid ofrecía un espectáculo insólito. Considerado uno de los puntos de la capital de España donde más robos se producen, seguramente ayer los índices de delincuencia se precipitaron por los suelos. La plaza estaba cuajada de guardias civiles con su uniforme reglamentario dispuestos a celebrar un acto reivindicativo y festivo, con toda la escenografía y la intención de un acto netamente sindical. Bajo la Casa de la Panadería, la AUGC había montado un escenario en el que se podía leer el lema fundamental de la concentración: Derechos ya.

Con tranquilidad pero con contundencia, los oradores que dieron apoyo a la protesta fueron desgranando las reivindicaciones de los guardias. El primero en hacerlo fue el filósofo y escritor Fernando Savater, quien arrancó su alocución recordando el trabajo de estos agentes en la lucha contra el terrorismo. "Cuando han hecho falta siempre han estado allí", expresó Savater. Éste fue el encargado de leer el manifiesto de los agentes, en el que como primera providencia reclamaban ser "ciudadanos de primera" y pedían dejar de ser soldados, es decir, militares, para pasar a ser "una Guardia Civil civil".

La convocatoria estuvo jaleada por gritos en contra del Gobierno del estilo de "Zapatero embustero" o "Rubalcaba, súbenos la paga". Los guardias sabían que corrían "cierto peligro", ya que, al menos teóricamente, el derecho de reunión, y más de uniforme, está vetado a los militares. Sin embargo, según los asistentes y convocantes, no se produjeron ni identificaciones ni detenciones y, además, incluso hubo cierta colaboración oficial para evitar problemas.

La AUGC, que asegura tener 25.000 asociados, recibió el apoyo del Sindicato Unificado de Policía (SUP), de la central de la Ertzaintza ERNE y también del sindicato de los Mossos d'Esquadra. Además, fueron respaldados de forma personal e institucional por el líder de CC OO, José María Fidalgo. Fue precisamente éste quien recordó cómo, ante centenares de miembros de la AUGC, el hoy ministro de Trabajo, Jesús Caldera, prometió en el Palacio de Congresos de Madrid que el PSOE, si ganaba las elecciones, apostaría por la desmilitarización.

Sin embargo, el actual ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya ha asegurado que mientras el PSOE esté en el Gobierno la Guardia Civil seguirá siendo militar. A lo que sí se ha comprometido el Ejecutivo es a aprobar el nuevo régimen disciplinario de la Guardia Civil (el anteproyecto ya está aprobado y elimina el arresto como sanción disciplinaria), así como la ley de derechos y deberes de los guardias, que, según anunció ayer Rubalcaba, se aprobarán antes del fin de la legislatura. Pero la AUGC ya no cree al Gobierno.

Sin tiempo

El secretario general de la AUGC, Joan Miquel Perpinyá, aseguró que el Gobierno les ha "engañado", ya que a su entender no hay tiempo para que se apruebe la ley disciplinaria antes de que concluya la legislatura y menos para que salga adelante el texto de derechos y deberes, dado que aún no está ni elaborado. Perpinyá subrayó que se han visto obligados "a manifestarse usando el uniforme porque de otra manera", dijo, "no nos escuchan". En el discurso que cerró el acto, el líder de la AUGC subrayó que los derechos fundamentales de los guardias están muy limitados y que su disciplina se rige por una ley preconstitucional. Perpinyá subrayó que tienen limitados sus derechos de circulación, libertad de expresión, reunión, petición, huelga, asociación y sindicación. Por ello reclamó una regulación de derechos "exactamente igual al resto de las policías de España".

Agentes uniformados de la Guardia Civil abarrotan la Plaza Mayor de Madrid durante la protesta convocada ayer por la AUGC.
Agentes uniformados de la Guardia Civil abarrotan la Plaza Mayor de Madrid durante la protesta convocada ayer por la AUGC.MANUEL ESCALERA
El líder de CC OO, José María Fidalgo, se dirige a los concentrados.
El líder de CC OO, José María Fidalgo, se dirige a los concentrados.EFE

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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