El Deportivo vive de las rentas
El Mallorca de Tristán, abucheado por el público, no aprieta lo suficiente en Riazor
El Deportivo volvió anoche a las andadas. Ni rastro de la agresividad mostrada contra el Madrid y el Recre en la Liga o contra el mismo Mallorca en la ida. Y, así, un equipo que no anda sobrado precisamente de calidad, sufrió contra un Mallorca con más tacto con la pelota en el pie.
El Depor, con el viento a favor, se limitó a esperar a que corriesen los minutos para solventar un encuentro que se interpretó como un trámite. El Mallorca alimentó pronto la esperanza de la remontada con un excelente gol de falta de Jankovic. El centrocampista enganchó un derechazo desde unos 35 metros. La pelota se coló en las redes de Aouate después de hacer un extraño. No es la primera ocasión que el israelí se traga un lanzamiento de factura similar.
DEPORTIVO 1 - MALLORCA 1
Deportivo: Aouate; Manuel Pablo, Lopo, Juanma, Rodri (Riki, m. 45); Barragán (Adrián López, m. 88), Sergio, Verdú, Filipe; Adrián (Iván Pérez, m. 77) y Taborda. No utilizados: Fabricio; y Alex.
Mallorca: Moyá; Héctor, Ballesteros, Ramis, Dorado; Jankovic, Pereyra, Jordi (Kome, m. 83), Arango; Víctor (Tuni, m. 74) y Tristán (Varela, m.57). No utilizados: Prats; y Martí.
Goles: 0-1. M. 23. Jankovic de potente lanzamiento desde unos 35 metros. 1-1. M. 64. Sergio al transformar un penalti.
Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Filipe y Tabosda. Expulsó a Ballesteros por roja directa.
Unos 8.000 aficionados en Riazor.
Era el minuto 23, pero al Mallorca se le acabó la prisa, como si le valiese la victoria por la mínima aunque el billete para los cuartos se quedase en A Coruña. El equipo de Gregorio Manzano está dando síntomas de mejoría. Si el domingo le ganó al Sevilla, anoche fue un pelín mejor que el Depor. Sólo querer la pelota y tocarla con el mínimo criterio le bastó. Salvo un par de aproximaciones de Arango y algo de Taborda, el primer tiempo se resume en un bostezo.
Ante tal panorama, la grada la tomó con Diego Tristán. La memoria es flaca. El tercer máximo goleador de la historia deportivista, con 77 dianas, fue la víctima de la afición: "Diego, bota de vino, bota de vino", le cantaron en su regreso a Riazor tras abandonar el club el pasado mes de septiembre. Tristán da razones para justificar los cánticos. Ya no hay pistas del gran delantero que fue antes del Mundial de Corea y Japón de 2002.
A Joaquín Caparrós no le estaba gustando el rumbo del partido. En el descanso prescindió del defensa Rodri para poner a Riki en la banda izquierda y retrasar a Filipe al lateral. El Depor se arregló un poco. Sergio y Verdú, encargados de llevar la manija, consiguieron enhebrar algo de fútbol. Manzano se apiadó de Tristán y lo sustituyó por Varela. Al delantero sevillano, que todavía no se ha estrenado con su nuevo equipo, lo despidieron con una pitada. Parecía que iba a ser lo más reseñable de una pachanga que se estaba convirtiendo en un partido de tenis. Pero Taborda tocó un balón que le cayó llovido a Riki. Cuando el madrileño iba a encañonar a Moyá, en su camino se cruzó Ballesteros. El árbitro señaló penalti y expulsó al defensa. Sergio puso el empate. Y se acabó el sufrimiento de la grada.
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