El año 2006 batió todos los récords históricos de calor
2006 fue el año más cálido en territorio valenciano desde 1950, fecha en la que comenzaron a recopilarse datos fiables. Lo difundió ayer el Centro Meteorológico Territorial de Valencia, que describió 2006 como "un año seco y extremadamente cálido".
Llovió un 12% menos de lo normal en un año descrito como "seco y extremadamente cálido"
La temperatura media (16,2 grados) se situó 1,2 grados por encima de "lo normal" (el promedio del periodo 1971-2000) y las lluvias, un 12% por debajo. 2006 batió así a 1994, el llamado año de los ponientes, a partir del cual se han sucedido los seis años más cálidos desde que hay registros. Los datos coinciden casi exactamente con los anunciados hace un mes para el conjunto de España y, en general, con los recogidos en todo el mundo, que situaron a 2006 como el sexto año más cálido en 150 años, según la Organización Metereológica Mundial.
La mayor anomalía se produjo en octubre, un mes en el que el clima valenciano registró una temperatura 2,8 grados por encima de la media.
Los déficit de lluvia más graves (superiores en un 25% a lo que se considera normal) se localizaron en las comarcas de la ribera del Júcar, Alt Vinalopó, Baix Segura y Els Ports. La Unió de Llauradors advirtió ayer de que las temperaturas anómalas registradas en 2006 provocarán alteraciones en los cultivos, sobre todo en árboles frutales y en almendros, que podrían empezar a brotar en unas semanas quedando expuestos a las heladas, según informó la agencia Efe.
El técnico de La Unió, Joan Mesado, admitió también "cierta preocupación" ante la falta de lluvia, que podría complicar la próxima campaña de regadíos, sobre todo a los cítricos y al arroz. Mesado afirmó que el agua que se pueda destinar a los cultivos dependerá del caudal que lleve el Júcar y criticó las "abusivas extracciones" que de él hacen las explotaciones de cereal en Castilla-La Mancha. El técnico relacionó el fenómeno con el cambio climático y pidió una reducción "desde ya" de las emisiones de dióxido de carbono.
Un estudio hecho público la semana pasada por la Comisión Europea alertaba de que el cambio climático causará en las próximas décadas una disminución de las cosechas que podría representar un 22,4% hacia final de siglo. "El lugar con condiciones excelentes" para el turismo, seguía, "situado ahora en torno al Mediterráneo se desplazará hacia el norte, quizás hasta el mar Báltico o el mar del Norte". El denominado Estudio Peseta, que apunta también a un fuerte incremento de las muertes por calor, se basa en la previsión de que a finales del siglo XXI las emisiones de dióxido de carbono se habrán multiplicado por dos o tres respecto a los niveles preindustriales.
2006, volviendo a los datos dados a conocer ayer en Valencia, superó el récord de 1994 sin que se registraran los picos térmicos que hubo entonces. El último año se ha caracterizado, en cambio, "por temperaturas elevadas de forma continuada", sobre todo en primavera, otoño y en el mes de julio. Enero y febrero fueron, por el contrario, 1,6 y 1,2 grados más fríos de lo normal respectivamente.
Las mayores anomalías térmicas, por arriba, se detectaron en Pedreguer (2,6 grados más y 20 de su media); la Laguna de Torrevieja (2,5); Antella (2,3) y Llíria. La temperatura en la ciudad de Valencia se elevó 1,1 grados, la de Alicante, 1,3 y la de Castellón 1,6. La estación con más precipitaciones fue la de La Vall de Laguard (Marina Alta), con 885 litros por metro cuadrado, y la menor, la de Rojales (Baix Segura), con 205 litros por metro cuadrado. En 100 kilómetros, se registró una diferencia en las lluvias de cuatro a uno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.