Un ejecutivo sin cobertura

Olli-Pekka Kallasvuo es desde junio presidente y director ejecutivo de Nokia, líder de la telefonía mundial. Al contrario que su predecesor y mentor, Jorma Olilla, de energía avasalladora, Kallasvuo es un ejecutivo de hablar pausado y que evita las apariciones públicas. Mientras Olilla presentaba con una gran escenografía los resultados trimestrales de la empresa, Oo-Pee, como le llaman en la familia Nokia, se reserva para los resultados anuales.

Nacido hace 53 años en el pequeño pueblo de Lavia, estudió Derecho e ingresó en Nokia en 1980, por entonces una empresa de fabricación de cables y botas de goma. Diez años después, cuando Olilla dio el gran salto a la tecnología punta, Kallasvuo fue nombrado responsable financiero. Ese puñado de finlandeses transformó lo que era una industria tradicional en una de las empresas europeas más pujantes, que en 2005 facturó 34.000 millones de euros, con el 34% del mercado global de telefonía móvil. Durante este proceso, Kallasvuo ha tenido las más altas responsabilidades de la empresa. En 1992 fue nombrado vicepresidente ejecutivo y en 1997 asumió la jefatura de las operaciones financieras en Norteamérica, justo cuando se iniciaba el boom de los móviles. Luego dirigió la división de móviles (2004-2005), que genera el 75% de beneficios de la empresa. En ese periodo, Kallasvuo fue sorprendido intentando introducir en el país bienes por valor de 11.000 euros sin declararlos. Fue multado con 31.000 euros, una suma casi insignificante para un salario anual de más de tres millones de euros. Nokia se volcó en arropar a su directivo.

"Cada ejecutivo crea su propia gestión. Tengo más de 20 años de experiencia y confío en que mi estilo será eficiente", declaró Kallasvuo al semanario Talouselämä. El ejecutivo finlandés, un gran desconocido en los círculos económicos europeos, presentará por primera vez las cifras anuales del gigante finlandés. No lo tiene fácil, dadas las turbulencias que han afectado al sector. Primero fueron signos de corrupción en Siemens, con quien Nokia fusionará en breve su negocio de redes; luego la guerra de precios bajos con Motorola, castigada por los inversores. Por si fuera poco, el martes Apple anunció a bombo y platillo que entraba en el negocio de los móviles.

Apasionado de la literatura histórica y el arte contemporáneo. Como miembro de la nueva generación de directivos, Kallasvuo cuida su condición física. Empieza el día muy temprano jugando al tenis. Divorciado y con dos hijos universitarios, ha formado una nueva familia con una jurista de Nokia.