Que se abra el debate

Retiro, Arganzuela y Puente de Vallecas son los tres distritos afectados por el debate sobre la ampliación de Atocha o la construcción de Abroñigal. Los vecinos de Retiro ya han expresado su rechazo al plan de ampliación de Atocha, que promueve Fomento, y han presentado alegaciones para que las "actuales instalaciones se trasladen a la zona del Abroñigal", donde Renfe tiene una plataforma de contenedores de mercancías. Las alegaciones son muy parecidas a las presentadas por el Ayuntamiento.

La Asociación de Retiro se opone a los planes de Fomento para Atocha

IU sospecha que el Ayuntamiento tiene un proyecto especulativo para el Abroñigal

La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) también comparte esta tesis y señala que la ampliación de la estación de Atocha que propone el Ministerio de Fomento congestionaría y provocaría grandes atascos en el centro de Madrid. El crecimiento de la estación "cuadruplicaría la cantidad de viajeros que pasan por Atocha, lo que conllevaría una mayor densidad de tráfico" que dificultaría la circulación por las calles de Atocha y Méndez Álvaro y la avenida de la Ciudad de Barcelona, todas ellas situadas en el centro de la ciudad.

El presidente de la FRAVM, Francisco Caño, afirma que la ampliación de la estación de Atocha afectaría a la remodelación prevista del eje Prado-Recoletos, a la peatonalización de la zona de centro que los vecinos llevan reclamando desde hace años y al barrio de Embajadores.

"El plan del ministerio no ha tenido en consideración el estudio de impacto acústico elaborado en 2002 entre el Ayuntamiento de Madrid y Renfe, y que recogía unos niveles de ruido superiores a los permitidos en las viviendas situadas en las calles anteriores", explica José Rodríguez, portavoz de la asociación de vecinos.

Inés Sabanés, portavoz municipal de IU, también se suma al debate: "Estamos recopilando toda la información disponible. Estamos en periodo de información previa a la declaración de impacto ambiental y creemos que hay que dar tiempo para que se debata y se permita la participación".

Sabanés sostiene: "Parece que Atocha tiene problemas para realizar la ampliación que se pretende, ya que supondría un incremento de actividad en la zona preocupante. Para ello pedimos a Fomento un plazo de audiencia para que las organizaciones vecinales, ecologistas, foros de movilidad y otras organizaciones den su punto de vista sobre el proyecto". IU teme que se repita una situación similar a la vivida en torno a la reforma de la M-30. "Tenemos muy reciente el método seguido para la ampliación de la M-30 y queremos pedirle a Fomento y al Ayuntamiento que no caigan en los mismos errores y por tanto reiteramos nuestra demanda de permitir un debate previo, con toda la información disponible y donde puedan expresar su punto de vista todos los implicados y afectados por el proyecto".

Sabanés asegura que los terrenos de Abroñigal son desde hace años objeto de revindicaciones vecinales. "Hay que tener en cuenta que en el 2000, cuando se aprobó el plan de enterramiento de Entrevías, el Ayuntamiento no planteó nada ni con respecto a la modificación de cercanías ni al traslado de Abroñigal y otros proyectos relacionados".

IU cree que el Ayuntamiento precipita la propuesta de traslado a Entrevías y teme que el Ayuntamiento, "más que evaluar y mejorar el proyecto de Atocha o buscar alternativas viables, tiene en mente un proyecto especulativo para el Abroñigal relacionado con la M-30".

José Quintana, portavoz socialista de Transportes e Infraestructuras en la Asamblea de Madrid, se muestra, en cambio, a favor de ganar espacio para Atocha y descarta al Abroñigal. "Gallardón ya está preparando otra absurda obra faraónica para satisfacer los intereses de grandes constructoras, con el añadido de que, de llevarse a cabo, supondría un duro golpe al transporte ferroviario de alta velocidad", argumenta.

Según Quintana, "la filosofía del AVE, y su ventaja fundamental frente al transporte aéreo o por carretera, es que entra hasta el centro mismo de la ciudad, facilitando enormemente la movilidad. La idea de Gallardón supone un ataque directo a este tipo de transporte. Es una idea inconcebible en ciudades europeas, donde la apuesta es por el AVE como competidor frente al avión. En París, por ejemplo, las antiguas estaciones se han ampliado para ser utilizadas por la Alta Velocidad sin sacarlas de la ciudad".

Además, según el diputado socialista, "resulta llamativo que a Gallardón se le vengan a la cabeza estas ideas ahora, y no cuando en el Gobierno de la nación estaba su partido".

La explicación la encuentra Quintana en que "una vez concluidas las obras de la M-30, Gallardón se vuelve a plegar a la estrategia de las grandes constructoras para volver a asegurar su cartera de pedidos y de paso propiciar la especulación inmobiliaria en la zona".

El diputado socialista recuerda que "fue el ministro del PP Álvarez-Cascos quien propuso que la ampliación de la estación del AVE estuviera ubicada en Atocha, y entonces Gallardón nada dijo".

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