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"Es un toque de atención para todos", asume Rijkaard

Remató Tamudo, marcó el segundo del Espanyol y Frank Rijkaard le pegó tal puñetazo al banquillo que rompió el lateral de plástico. Dijo después que no calculó bien el golpe y que creyó que no había nada. Fue producto de la fustración que le generó no estar cumpliendo el trabajo. "Vinimos a ganar el partido y no lo estábamos haciendo", aclaró el entrenador holandés antes de explicar las sensaciones que le dejó el derby, que su equipo acababa de perder y por goleada.

Por segunda vez en lo que va de campeonato encajó el Barça tres goles -la primera fue en Mónaco, contra el Sevilla, ni más ni menos que en la Supercopa de Europa- y Rijkaard lo interpretó a su manera: "Es un toque de atención, no sólo para el equipo, para todos. Pero llega al final de la primera vuelta y tenemos tiempo para recuperarnos", dijo tratando de ser optimista tras una derrota a la que no pudo poner ni una excusa. "No somos el primer equipo grande que pierde en Montjuïc", recordó; "el partido ha sido espectacular y respondimos bien al primer gol. Luego, perdimos la posesión, quisimos y no pudimos", confesó el preparador. Rendido, Rijkaard aclaró que el Espanyol supo jugar mejor el partido: "Pero no es el fin del mundo".

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"Estáis todos, los periodistas y la afición, muy bien acostumbrados. Estas cosas pasan", sentenció Belleti, para quien solo cabe "levantar la cabeza". "Tal vez estamos algo bajos físicamente", apuntó Márquez, buscando razones a tal desaguisado. Según Edmilson, "el Espanyol entró más concentrado, con más ganas. Nos descentramos tras el su segundo gol y nos ganaron por calidad y eficacia. Cuando se pierde hay que mirar por qué y corregirlo". El Barça acumula tres empates y una derrota en los últimos cinco partidos de Liga.

"Fueron mejores en todo, en ataque, en defensa y en el medio", dijo Saviola. "¿Yo? A lo mío", añadió el pibito al referirse al gol. "Trato de estar cuando me necesite el técnico", dijo de entrada Saviola, que agradeció a Rijkaard las palabras del sábado: "Si tengo una oportunidad de seguir, trabajaré con más ganas".

El argentino confesó que le había sorprendido que el holandés apuntara que quizás podría continuar en el Camp Nou: "Sí me ha sorprendido... Me hacen bien sus palabras". Por su lado pasó Iniesta cojeando: sufre un esguince de grado 1 en el tobillo izquierdo y será baja el martes contra el Alavés.

Muy animado, Ernesto Valverde compareció en la rueda de prensa con una sonrisa resplandeciente. Su situación laboral al frente del Espanyol ha dado un vuelco tremendo en apenas unos meses. Anoche, después de vencer al Barça, pocos se acordaron que nada más iniciar el curso, cuando el club blanquiazul se instaló en la zona peligrosa, parte de la directiva pedía su cabeza. Pero ayer era una jornada de felicitación. "Hay muchos momentos en una temporada y estoy contento porque ha sido un derby de verdad", explicó Valverde. Así resumió el duelo: "Se ha respondido a las expectativas; hemos sido perfectos ante el mejor".

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