La herencia solidaria del Dakar

Revolucionados andan los habitantes de Atar con la alborotadora caravana del rally Dakar establecida en su aeropuerto durante la jornada de descanso. En el aparcamiento del campamento, los oriundos corretean de aquí para allá, ofreciendo sus mejores artesanías a pilotos, mecánicos, organizadores, y cualquiera que tenga pinta de ser de fuera.

En Chinguetti, a 90 kilómetros, no hay noticia aparente de la carrera. Y eso que los habitantes de la ciudad, la más pobre de Mauritania, gozan del mejor hospital de la zona gracias a la Fundación Dakar Solidario. La organización es fruto del embrujo que esconde África en su interior y que, hace dos años, atrapó a Xavier Mir, un reputado cirujano catalán invitado a la carrera por Nani Roma, uno de sus pacientes. Aprovechando los escasos contratiempos que la caravana del Dakar encuentra al cruzar las fronteras, el camión del Dakar Solidario circula en ruta distribuyendo material sanitario acumulado durante todo el año por distintos hospitales. El camión ha cargado este año 86 toneladas, y ayer descargó en el hospital La Fraternidad, en Chinguetti. Su responsable es Alfonso Torres, un murciano que hace 25 años participó en el rally Madrid-Nuakchott y quedó tan embobado con los paisajes como impactado por la precariedad de sus poblados. "Quedé impresionado. Al regresar a España me casé con mi mujer y, en lugar de lista de bodas, abriríamos una cuenta para recaudar dinero", comenta este empresario retirado.

"Aunque teníamos el hospital, lo que más nos costó fue convencer a los lugareños de que confiaran en el personal extranjero", afirma Oumar Salma, enfermero del centro. "Ya hemos conseguido hasta que las embarazadas hagan sus visitas prenatal. Sólo deben pagar algo simbólico, porque si es gratuito no lo tienen en cuenta", se felicita Salma.

"Necesitan de todo; desde cosas básicas como pueden ser antibióticos hasta incubadoras", asegura Mir. "Este año traemos un generador, para que el centro tenga luz por la noche, y un aparato para esterilizar el material sanitario. Además, el Hospital de la Vall d'Hebrón nos ha dado cuatro máquinas de diálisis". Hasta la llegada del camión del Dakar Solidario, en todo Mauritania sólo había tres.

"Lo que hace el doctor Mir y todas las empresas que colaboran con la Fundación es increíble", piropea Torres. "Sólo nos encargamos de aglutinar esfuerzos", relativiza el doctor.