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AJEDREZ

A la carga pero con orden

Estudio de A. Troitzky.

Deutsche Schachzeitung, 1913.

A diferencia de los problemas (de mate en dos, por ejemplo), que con frecuencia parten de posiciones imposibles en una partida real, los estudios compuestos o finales artísticos son a menudo muy instructivos, además de sumamente bellos, porque reflejan situaciones que no serían muy raras en una partida de torneo. En el diagrama hay un magnífico ejemplo, con sendas amenazas mortales: las blancas disponen de un peón imparable en a2, y las negras tienen una red de mate situando al rey en g3 y avanzando después el peón de h7 hasta h2. Las blancas no pueden empezar con a4 porque recibirían ese mate. Por tanto, parece lógico tomar primero el peón de g2, pero entonces el rey negro retrocede a g5 justo a tiempo para cazar al peón pasado blanco por la vía f6-e7-d8-c8-b7, siempre con su peón pasado de h7 en la reserva. ¿Quiere eso decir que, en realidad, las negras están mejor? No, porque hay medios tácticos para potenciar al peón de a2, y quizá a estas alturas el lector ya haya descubierto la sorprendente jugada inicial, pero eso no es más que el principio de una serie de golpes en cascada bajo un patrón claro: hay que coronar el peón de a2 a cualquier precio que no sea el de recibir mate: 1 f6! (corta el camino citado del rey negro) 1... g - f6 2 R - g2 (imprescindible porque se amenazaba Rg3) 2... Rg4 3 a4, b - a3 4 b - a3, Rf5 5 a4, Re5 (y todo vuelve a indicar que las blancas están perdidas porque el rey negro llegará a tiempo a b7; ¿o no?) 6 d6!, c - d6 7 c6!!, d - c6 8 a5, y las negras pueden rendirse porque al peón de a5 ya le pueden echar un galgo. Correspondencia: ajedrez@elpais.es

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