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Chirac mantiene la incógnita de si se presentará a un tercer mandato

A 100 días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales y a tres de que la gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP) designe a Nicolas Sarkozy como su candidato, el presidente de Francia, Jacques Chirac, de 74 años y casi 12 en el cargo, sigue deshojando la margarita. Ayer, en el palacio el Elíseo, en la tradicional recepción de Año Nuevo a la prensa -que debería ser la última-, Chirac mantuvo la incógnita de si se presentará o no para un tercer mandato. Y también mandó un mensaje a su ministro del Interior: debe elegir entre hacer campaña o gobernar.

Un mensaje que Sarkozy pareció no haber entendido cuando, poco después, presentaba el balance de su acción al frente del Ministerio del Interior y se apuntaba el descenso del número de delitos en Francia. "¿Me ha pedido que haga las dos cosas?", preguntó. "Obedeceré". Concedió, eso sí, que en abril, cuando lleguen los comicios, ya no será ministro, pero ironizó sobre su capacidad para seguir trabajando en el Gobierno y protagonizar al mismo tiempo una campaña electoral. "¿Es posible hacer las dos cosas?", dijo. "Yo creo que sí, y para eso tengo el mejor de los ejemplos". Se refería, obviamente, al propio Chirac. Fuentes gubernamentales señalaron ayer que Sarkozy pretende seguir en el Ejecutivo hasta que acaben las sesiones parlamentarias, a finales de febrero.

Evasivas

El presidente había comenzado su discurso con una evasiva a la pregunta que se hacían todos los periodistas en la recepción. "Una candidatura al palacio el Elíseo necesita reflexión, así que voy a reflexionar", dijo. "Sé que os hacéis preguntas sobre mi calendario y mis decisiones venideras", añadió, "pero lo único que me anima es la pasión por Francia. Por eso mantengo firme el rumbo de la acción gubernamental y me implico". A principios de otoño, Chirac anunció que no desvelaría sus intenciones hasta marzo. "En su momento lo diré", dijo ayer.

El presidente, que exhibía un perfecto bronceado y parecía encontrarse en gran forma física -muy lejos del hombre debilitado que sufrió un ictus cerebral en septiembre de 2005- reclamó su papel de árbitro. "Voy a comprometerme y a fijar claramente los objetivos de las elecciones porque es necesario un debate responsable y democrático", dijo. Advirtió del peligro de que se repita lo sucedido en 2002, cuando el líder ultraderechista Jean-Marie Le Pen apartó de la segunda vuelta al socialista Lionel Jospin. "Si no queremos dejar el campo libre a los extremistas, nuestro deber es mostrar los peligros y las oportunidades del nuevo mundo, desactivar los temores, las angustias y los prejuicios".

Chirac, a quien las encuestas le son adversas -el 81% de los franceses no desean que vuelva a presentarse- no acudirá al congreso de la UMP que designará a Sarkozy como candidato, por más que ayer dijera sentirse "muy unido" al partido y se cuidara mucho de aclarar que no milita en él. El Elíseo explicó que el presidente no puede participar en un acto electoral.

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