La risa de enero
Esa agridulce sensación de vuelta al cole después de tres semanas tocando la zambomba (televisivamente). Ya el domingo por la noche parecía que las cadenas empezaban a ponerse las pilas, dejando de sestear entre programaciones escuálidas y publicidades engordantes. Volvió Aída a Tele 5, y una vez más demostró no sólo su arrastre popular sino la gran calidad de sus actores, siempre por encima de los diálogos. El lunes también regresaban las grandes damas de la mañana, sin bronceados ni cambios de formato notables. Y por la noche, un poco de buena risa, para contrarrestar esas imágenes vistas en los informativos de un Rajoy con estudiada cara de perro, quizá para que la jauría de su partido no se le eche encima por visitar demasiado al presidente del Gobierno.
En El intermedio (La Sexta), Wyoming hacía sano humor con los temas tabú: miles de musulmanes haciendo (supuesta) cola para las rebajas de chilabas en algún Corte Inglés, y la pregunta del día, sobre si Carlos Sainz se retirará de París-Dakar por chocar con un camello o un cayuco. Su colaboradora Beatriz Montañés trajo un documento curioso: el último Interviú con el desnudo de la peluquera gallega detenida en Cancún. La chica está estupenda, con lo que Wyoming se felicitó de que por fin las cárceles sirvan para rehabilitar a los presos. Y propuso a la revista nuevas portadas de escándalo: el apuesto secretario del papa Benedicto XVI luciendo su "cuerpo de pecado", y una exclusiva de Farruquito enseñando, en hábil fotomontaje, "toda su carrocería" sin apenas top.
Otro regreso a mejor: el del excelente programa de Cayetana Guillén Cuervo Versión española (La 2), muy bien situado los lunes y con su ojo buñuelesco de cabecera cada día más psicodélico. En la madrugada, Noche Hache (Cuatro) ofreció una entrevista con dos magníficos cómicos, Natalie Seseña y Pepe Viyuela. Este último es el promotor de una estrambótica iniciativa hecha por lo visto en serio: que la Unesco proclame a la risa Patrimonio de la Humanidad. Patrimonio oral, suponemos. El siguiente será el sexo.
