"Falta profesionalidad y entrega"

En el Madrid se han encendido todas las alarmas. Tras haber invertido 100 millones de euros, el equipo pierde de mala manera y carece de estilo. Algunos de sus reputados fichajes veraniegos, caso de Emerson y Cannavaro, son una rémora. Otros, como Diarra, piedra angular del proyecto de Fabio Capello, han sido desterrados. Con el técnico italiano al frente, Raúl, al que prometió recuperar, sigue a la baja; Ronaldo atraviesa su peor momento desde que aterrizara en Chamartín, y Robinho está más bajo sospecha que nunca. Los recién llegados, Gago, Higuaín y Marcelo, son una apuesta futurista de la entidad que Capello ve como una carga para el presente.

"Hay jugadores de los que esperábamos mucho más y no han cumplido", dicen fuentes del club

La plantilla tiene agravios con el técnico, al que acusan de "improvisar" y ven "débil" y "sin crédito"

Con este panorama, y a la espera de que los juzgados se pronuncien el próximo día 29 sobre el caso del voto por correo, el presidente, Ramón Calderón, convocó ayer un gabinete de crisis. No lo hizo en su despacho del estadio Bernabéu, sino en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Y no convocó a los capitanes, sino que, mientras éstos se entrenaban a las órdenes de Tony Grande e Italo Galbiati, ayudantes del míster italiano, pidió directamente explicaciones a Capello.

A la reunión se agregaron el director deportivo, Pedja Mijatovic, y el secretario técnico, Franco Baldini. Entre ellos, ni un sólo representante del vestuario, el principal acusado. A Calderón le disgustó sobremanera el análisis de su senado deportivo. "La conclusión a la que se ha llegado es que falta compromiso, entrega y profesionalidad en la plantilla", afirmaron fuentes de la cúpula del club a este periódico. Una tesis que coincide con la expresada el día de su dimisión por Florentino Pérez. Es decir, nueve meses después el diagnóstico es el mismo. Un mal guiño para el presidente, que si finalmente aceptó en su día la contratación de Capello fue por su supuesta capacidad para comprometer a los vestuarios y su hoja de servicios como resultadista. Cuatro meses después de comenzar el curso, en el Madrid se denuncia la falta de afiliación de buena parte de la plantilla y los marcadores son contrarios. La derrota en Riazor ha sido la quinta en la Liga, pero la tercera en los últimos cuatro partidos.

"Además, hay algunos jugadores de los que esperábamos mucho más y no han cumplido", argumentaron las fuentes consultadas sin querer dar nombres. Eso sí, negaron que entre ellos estuviera Diarra, centrocampista que llegó por petición de Capello y por el que el club pagó 26 millones de euros. El técnico replicó diciendo que "el equipo no está jugando como debería" y atribuyó los problemas a que ha concedido "demasiado" a algunos jugadores y volverá a tomar "la línea dura" de su primera etapa en el club.

Tras la esperpéntica derrota en Getafe, fue Capello quien reunió a toda la plantilla para reprocharle su falta de actitud. Ayer, fueron los directivos quienes convocaron al entrenador, al que incluso le llegaron a hablar de plazos: 15 días de margen, los próximos cuatro choques. Capello no ha dialogado con los capitanes ni con ningún otro jugador. El técnico no habló con la plantilla ni siquiera en el vestuario de Riazor. Tampoco en el viaje de vuelta a Madrid. Decidió que "no era el momento".

Los futbolistas tampoco parecen muy contentos con su "jefe", al que acusan de "tomar decisiones tácticas imprevistas y no ensayadas en los entrenamientos" y al que ven "vulnerable y débil". Todo ello redunda en una creciente "falta de autoridad y crédito" en el vestuario. Casi todos tienen cuentas pendientes con él. Sin embargo, el puesto de Capello, que firmó por tres campañas y cobra cinco millones por año, no corre peligro, según Mijatovic: "Confiamos mucho en él".

El técnico italiano está pasando su peor momento. Ha visto venirse abajo un proyecto que él mismo construyó y cuyo rumbo ha intentado enderezar sin tener claro cómo. Además, renunciando a sus principios, mostrando muchas dudas y tomando decisiones muy extrañas: convocar para A Coruña a Cassano, dejar en la grada a Robinho, situar de lateral zurdo a Sergio Ramos... Todo ha ido a peor: el domingo recibió la visita en el vestuario del presidente, Calderón. El mismo que durante la campaña electoral aseguró que "nunca" se entrometería "en los asuntos deportivos del club".

Cuando faltan dos partidos para que termine la primera vuelta y tras haber fichado a tres jugadores en el mercado de invierno -el club se ha gastado 36 millones de euros en el plazo extraordinario-, el Madrid no tiene ni juego ni resultados. Es el tercero, con 32 puntos, sólo tres más de que los que tenía Vanderlei Luxemburgo la pasada campaña antes de ser despedido.

Tras la derrota en Lyon el pasado septiembre en la Champions, Capello pidió 50 días de margen "para poder desarrollar mi juego y mis ideas". Resultados hubo, juego no. Y, justo cuando terminaba el plazo que había solicitado, el equipo perdió en Getafe dando una pésima imagen. Fue cuando el entrenador empezó a renunciar a su ideario. A principios de temporada prescindió de Helguera e incluso lo mandó a jugar con el filial. No le gustaba "por lento". Helguera recuperó su puesto.

Capello tampoco ha sido capaz de gestionar los casos de Cassano, "ingobernable" según Mijatovic, y de Ronaldo. El primero se encaró con el entrenador, fue apartado del equipo y se reincorporó sin pedir disculpas. En el club le buscan una salida. Pero el técnico se lo llevó a A Coruña, donde incluso llegó a calentarse por la banda. "Incongruencias", según la plantilla. Ronaldo sólo ha jugado tres partidos como titular. No convence a Capello y desde la dirección deportiva apuntan a que ha "defraudado" a quienes defendieron su continuidad en el club.