_
_
_
_
Crónica:Fútbol | 17ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Angulo, talismán para Quique

Ante un Villarreal en horas bajas, el Valencia suma su cuarta victoria seguida

Jugador versátil por excelencia, Angulo se le ha convertido a Quique Flores en su futbolista más valioso. Siempre en el lugar oportuno en el momento adecuado. Ayer, a los pies de Barbosa, cuando se le cayó un rechace, en el instante en el que el Valencia parecía ir difuminándose. Si bien antes el entrenador valencianista dio con la tecla adecuada: retiró a Morientes, subió a Angulo y Joaquín cubrió la banda derecha. Mano de santo para un Valencia que hasta entonces no había sabido hacer efectiva su superioridad. Ante un Villarreal en horas bajas, en la depresión post coito que vive el equipo de Pellegrini después de su fabulosa campaña anterior. Muchos de sus jugadores están a años luz de lo que fueron y sólo el buen estreno de Matías Fernández, media punta habilidoso y potente del que se espera muchísimo, alimenta ciertas esperanzas para el futuro inmediato. En el que debería estar Riquelme, ayer castigado en la grada, si quiere el club castellonense volver a ser el que fue. Matías y Riquelme pueden formar una pareja muy temible.

VILLARREAL 0 - VALENCIA 1

Villarreal: Barbosa; Josemi, Fuentes, Peña (Cygan, m. 39), Arruabarrena; Cani, Senna, Josico (Marcos, m. 75), Mati Fernández; Guille Franco (José Mari, m. 75) y Forlán. No utilizados: Viera; José Enrique, Tacchinardi y Somoza.

Valencia: Cañizares, Miguel, Albiol, Ayala, Curro Torres; Angulo, Albelda, Baraja (Marchena, m. 90), Silva ( Hugo Viana, m. 80); Villa y Morientes (Joaquín, m. 67). No utilizados: Butelle; Jorge López, Cerra y Pallardó.

Goles: 0- 1. M. 73. Joaquín bota un saque de esquina que desvía Baraja de cabeza y el balón cae en los pies de Angulo que marca.

Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Miguel y a Curro Torres.

Unos 20.000 espectadores en El Madrigal.

Matías Fernández no parece predispuesto a dirigir el juego, pero sí a dinamizarlo

Albelda y Baraja se enseñorearon del centro del campo con una autoridad casi insultante. No encontraron rival en los melancólicos Senna y Cani. Tampoco en el chispeante Matías Fernández, a quien se le encomendó que ejerciera de Riquelme cuando se trata de un jugador muy diferente. No parece predispuesto a dirigir el juego de su equipo, pero sí a dinamizarlo. Es decir, a dinamitarlo con un disparo enroscado, un pase entre líneas o un regate imprevisto. Todo el Chile futbolístico estuvo ayer pendiente de su debú en España, sobre todo porque había asumido todo el protagonismo después de que Roig le dijera basta al ciclotímico Riquelme. Circuló la semana pasada un vídeo que causó asombro entre los técnicos villarrealenses por las excelencias del joven jugador chileno, que son muchas. Especialmente sus potentes y colocados lanzamientos de falta y sus rabonas-regate, que ayer, sin embargo, probó sin resultado. Hay que esperarlo. Dejó detalles prometedores, pero se estrelló contra defensores mucho más contundentes que los que trataba en el Colo-colo.

Anulado sin mucho esfuerzo un ansioso Forlán y extinguido por su cuenta un Guille Franco desafortunado, el Valencia se defendió con cierta comodidad. A pesar de que Ayala ofreció algunos síntomas de inestabilidad. Arrumbado por Quique en las últimas semanas victoriosas, el central argentino regresó por obligación (la sanción de David Navarro) precisamente ante el club con el que tiene firmado un acuerdo para las próximas temporadas. Compromiso que ahora pretende romper porque preferiría quedarse en Mestalla. Pero, claro, el Valencia no parece dispuesto a pagar los tres millones de indemnización al Villarreal por ese preacuerdo que firmó el jugador. De ahí su comprensible nerviosismo, disimulado por la poca pegada local y por la armonía del resto de la defensa. El Valencia, en todo caso, se sintió superior en la primera parte. Dispuso incluso del balón, algo novedoso en los últimos años en El Madrigal. Pero sus delanteros llegaron desafinados de las vacaciones navideñas. En especial Villa, que desaprovechó remates muy sencillos para él. Y aunque Silva desequilibró como se espera de él, a Angulo, por la otra banda, se le atrancó el gatillo. Disparó alto a puerta vacía y mantuvo así el empate hasta el descanso.

Villa regresó de las vacaciones con el mismo defecto con el que las emprendió: un exceso de individualismo. Y de frivolidad: taconcito aquí, rabona allá sin ninguna necesidad. Ayala, por su parte, se fue creciendo con los minutos y acabó imponiendo su tremendo salto en las dos áreas. El cuadro de Quique continuó con una superioridad latente que tardaba en concretarse. Le faltaba una marcha. En realidad, el partido se moría de aburrimiento ante la mirada displicente de los dos técnicos. Se rebeló contra el tedio Matías Fernández, que burló por dos veces a Albelda, y disparó muy pegado al palo izquierdo. Quique, entonces, reaccionó. Suplió a un apagado Morientes por Joaquín y mandó que Angulo ocupara la delantera. El efecto fue inmediato. Joaquín quebró la defensa local con un pase largo para Villa que acabó en córner. Villa lanzó potente el saque de esquina, lo cabeceó Baraja, lo despejó muy corto Barbosa y lo remachó Angulo a gol. El asturiano se ha convertido en el fetiche que necesitaba Quique. El tipo que desatasca los partidos más obstruidos, como el de ayer.

Morientes salta junto a Fuentes.
Morientes salta junto a Fuentes.ÁNGEL SÁNCHEZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_