El Betis se remanga
El Celta cae víctima de la revolución verdiblanca de Luis Fernández
Un estudio publicado hace algunos días asegura que sin recordar el pasado es imposible imaginar el futuro. Las abuelas ya lo sabían. Y los béticos, también. Ayer, los aficionados verdiblancos fueron al estadio con la esperanza de que se produjera una revolución que les recuperara cosas del pasado, que se apoyara en conceptos propios y amados. Y el ahora equipo de Luis Fernández aportó una victoria y algún reencuentro. Mucho en una entidad tan dependiente de lo emotivo para su calidad de vida.
Luis Fernández, en el escaso tiempo que ha tenido para aprenderse su equipo, se ha dado cuenta de dos cosas: que, hasta la vuelta de Odonkor al menos, no tiene profundidad por las bandas y que anda muy cortito de gol. Todos las variaciones ideadas por el entrenador francés para el encuentro de ayer buscaban paliar estas carencias.
BETIS 0 - 1 CELTA
Betis: Contreras; Miguel Ángel, Juanito, Rivas, Fernando Vega; Capi (Rivera, m. 76), Arzu; Sobis (Maldonado, m. 94), Assunção, Edu; y Fernando (Dani, m. 73). No utilizados: Doblas; Nano, Xisco y Wagner.
Celta: Pinto; Ángel, Tamas, Lequi, Palcente; Pablo García; Gustavo López (Guayre, m. 74), Jorge, (Vila, m. 85), Cannobio, Nené (De Ridder, m. 76); y Baiano. No utilizados: Esteban; Yago, Núñez y Perera.
Gol: 1-0. M. 59. Sobis marca a placer tras el rechace de Pinto a un disparo de Assunção.
Árbitro: Pérez Lima. Amonestó a Nené, Capi, Assunção, Tamas, Jorge, Lequi, Dani, Guayre, Rivera, Ángel y Contreras. Expulsó por doble amonestación a Pablo García (m. 67).
Unos 40.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
Así, el entrenador bético devolvió a Miguel Ángel al puesto de su juventud en el filial del Barcelona y a Fernando Vega al suyo de siempre para solucionar los flancos defensivos. El ardor guerrero que se supone, y del que presume y con el que presiona en el vestuario, a los canteranos verdiblancos lo situó en el centro del campo con Capi y Arzu. Edu y Sobis ocupaban las bandas a sabiendas de que lo que iban a buscar eran las diagonales hacia el centro. Precisamente allí colocó a Assunção. Si no se pueden meter goles de jugada, habrá que intentarlo a balón parado y las querencias de Edu y Sobis auguraban faltas y las consecuentes oportunidades de gol para el brasileño. Pero Fernández aún hizo más, un punto de pillería de los que gustan en Heliópolis: rebanó con la cal al menos un metro de cada lateral del terreno de juego.
No le quedaba más remedio al Betis, pues, que tocar a rebato en su salida. El Celta lo sabía. El problema es que se enteró de poco más. Con dos líneas de cuatro, Baiano, por delante, tenía que llevar el temor a los contrincantes y Pablo García, entre ambas, la seguridad a los suyos. Lo que sucedió es que la fijación por buscar el remate de Baiano castró otras opciones y la lentitud del uruguayo marcó la recuperación y la salida.
Aun así, la primera oportunidad medianamente clara la tuvo Baiano, que se acabó liando tras recibir un buen pase de Jorge desde la banda. También Nené se exhibió con algún regate, algún toque, en última instancia estériles. Pero fueron sólo 20 minutos.
En la segunda mitad, la salida del Betis rompió el especulativo quehacer de los célticos y finalmente un jugadón de Assunção -inaudito regateo a dos defensores en carrera incluido- acabó en un paradón de Pinto con rechace que aprovecho Sobis para marcar. El portero le había detenido increíblemente un cabezazo al propio Sobis en la primera mitad, pero con éste no pudo.
El Betis pasó sus apuros en los minutos finales -también son su historia-, pero venció en una jornada en la que los resultados le decían que no podía perder. Las mangas remangadas de Luis Fernández es lo más bético que se ha visto en un banquillo de Heliópolis en años. Lo dicho: una revolución.
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