Valerón, "un ejemplo" según Caparrós, vuelve 350 días después
El deportivismo llevaba un tiempo descreído. Concretamente nueve jornadas. Las que su equipo llevaba sin ganar. Se cuestionaba a jugadores, pescados muchos de ellos en los filiales de los grandes en categorías inferiores; se desconfiaba de Joaquín Caparrós; un técnico contratado para convertir en figuras a promesas, y hasta se desconfiaba en Augusto César Lendoiro, que lleva 18 años pilotando la nave blanquiazul.
El partido de anoche se presentó como el día D. El Día que tenía que resurgir el Deportivo. Y fue una noche mágica, quizá porque meigas habelas hailas.
Curiosamente, la leyenda del Superdepor se gestó el 3 de octubre de 1992, también con el Real Madrid de rival. Fernando Hierro e Iván Zamorano adelantaron al equipo blanco, pero en el segundo tiempo apareció Bebeto, el mago de los pies chicos. Empató el partido y con un sortilegio consiguió que Rocha introdujese la pelota en propia portería.
Luego llegó la Liga, la Copa del Rey, las dos supercopas y las semifinales de Liga de Campeones. Antes de que comenzase el encuentro, la afición estaba algo timorata de que fuese el principio del fin. Porque los rivales directos de cara al descenso habían ganado y el Depor podría ponerse a un punto del descenso en caso de caer derrotado. "Si todo comenzó contra el Madrid, quizá también acabe contra el Madrid", comentó un aficionado antes de entrar en el estadio.
Pero al Deportivo, con una afición entregada como en las grandes noches europeas, le salió un partido redondo. Joaquín Caparrós era el hombre más feliz al llegar a la rueda de prensa: "Le dedico esta victoria a los jugadores, que lo han pasado muy mal, y, sobre todo, a la afición, que nunca nos ha dejado solos". El deportivismo respiró y se llevó una alegría. Sucedió en el tiempo de descuento. Joaquín Caparrós ordenó cambio y al campo saltó Valerón, que llevaba 350 días sin entrar en una convocatoria por una lesión. La ovación fue atronadora. "Valerón se merece todo por parte del club, de la afición y del entrenador. Es un ejemplo para el fútbol. Hay otros futbolistas, pero los que son como Juan Carlos dignifican este deporte", afirmó Caparrós.
Espíritu de sacrificio
Valerón fue una treta. Incluso se especuló con que saliese de inicio a la manera de Cid Campeador. "Tiene que ir poco a poco. El miércoles viajará a Mallorca para jugar la Copa. No sé si será de inicio, pero contará con más minutos" explicó Caparrós. El técnico señaló que el equipo había encontrado "el espíritu de sacrificio de los primeros partidos". "Tenemos que ganar así". Sobre el Madrid prefirió no opinar. "Le planteamos un partido de mucha presión y mis futbolistas disfrutaron".
Arizmendi, que dispuso de cuatro ocasiones de gol, incluso en una de ellas llegó a regatear a dos defensas y a Casillas para luego enviar la pelota al poste, reclamó que "sirva de referencia para jugar siempre con la misma intensidad".
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