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Columna
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Mi honda satisfacción

Anoche, el trío de monarcas compuesto por Melchor, Gaspar y Baltasar, dejó en mi feliz y alocado hogar el juego de Play Station El Padrino. Y sí, ya lo sé, es un juego del año pasado, por lo tanto, más barato. Pero es lo que yo les digo a sus Majestades. "Teniendo en cuenta que los cuatro, ustedes y yo, somos autónomos, no me importa que ahorren y traigan un juego que ya haya pasado a ser Platinum". (Cuando un juego vende un determinado número de copias, se dice que pasa a ser Platinum y baja de precio). En fin, estoy muy contenta con el juego, a pesar de mi condición femenina.

Y les digo esto porque, como cada año, los periódicos ya se han hecho eco de la misma noticia. Hace unos días, lo leí en La Vanguardia. "Las mujeres prefieren los videojuegos que implican reflexión, socialización y cooperación". Terror, me dije, ya estamos con otra teoría sobre lo que prefieren las mujeres, ese grupo homogéneo de santas que incluye a Shakira, Montserrat Tura, Sílvia Tarragona, Marianne Faithful o Núria Feliu. También en el mismo recorte, ponía que un tanto por ciento elevado de las mujeres consideran que los juegos de Play Station son sexistas. Más terror.

En mi feliz y alocado hogar hay juegos de Play sexistas y violentos que, precisamente por serlo, son divertidos (también hay libros de John Cheever y discos de Frank Zappa, que, del mismo modo, serían considerados sexistas por algún comité de sabios). En uno de estos juegos, Comandos, eres el jefe de un equipo. Cada uno de sus miembros tiene peculiaridades, y la peculiaridad del personaje femenino es la capacidad para usar el rifle de precisión y para poner cachondos a los nazis, cosa que resulta útil en algunas misiones. Supongo que alguien diría que esto es sexista y que lo mejor para dejar a los nazis fuera de combate es dialogar, pero es que empiezas dialogando con los nazis en un juego de Play y acabas suscribiéndote al Canal Cosmopolitan.

En el artículo, leo también que, en cambio, un juego que gusta mucho a las mujeres es el Sims. Por lo que me han contado, el juego consiste en vivir. Tienes tu carácter, tus miedos, tus deseos, vas cambiando de casa, de trabajo, consigues metas, parejas, mascotas a las que adiestrar... Haces barbacoas, besas a tu amante, preparas fiestas infantiles... En El Padrino, en cambio, trabajas para la familia Corleone y, a medida que aumenta tu reputación en la Mafia, tus trabajos también son de más responsabilidad. Empiezas extorsionando a comerciantes, pero más adelante te dedicas a robar negocios a las familias rivales o eres el encargado de esconder la famosa pistola en la cisterna del lavabo para que Michael Corleone pueda cargarse a los asesinos de su padre. Conduces un coche (que previamente has robado) por las calles de Nueva York, chocas, te disparan...

Naturalmente, no es educativo jugar a ser un mafioso. Es educativo jugar a tener una vida. Pero precisamente porque el juego del Padrino nos permite vivir una vida de ficción que (en general) no viviremos en la vida real, es por lo que resulta divertido. A mí no me interesa jugar a cambiar de casa y probarme vestidos, ni jugar a que voy a tomar copas con mi amado, porque eso procuro hacerlo en mi alocada vida real. En cuanto a educar mascotas y preparar fiestas infantiles, prefiero que me quiten todos los puntos del carnet. Me parece más perverso tener un tamagochi que tener una pistola de juguete. Lo perverso no es jugar a ser Spiderman. Lo perverso es jugar a que te tienes que ligar a un chico.

Hace un año, alguien decidió que el porno era sexista con las mujeres (pues claro, y con los hombres). Por lo tanto, decidió que había que hacer porno específico para mujeres, como los juegos de Play. Y ese alguien decidió que el porno para mujeres sería lo de siempre, pero con más diálogo, porque a las mujeres nos gusta el diálogo. El resultado es la película La mar no és blava, del inefable Conrad Son. No sé ustedes. Yo lo pasé muy bien con Les excursionistes calentes, donde se pronuncia la gran frase: "Això és un túnel i no el del Cadí", pero me niego a comprar una peli porno que se llame La mar no és blava. Con este título ¿cómo puedo estar segura de que no estará basada en una novela de Carme Riera?

moliner.empar@gmail.com

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